El tiempo en: El Puerto

Jerez

“Vestirse de flamenca debería ser un ritual para la mujer”

La diseñadora jerezana Amparo Maciá reconoce que “me encantaría ver cómo Jennifer López asiste a una gala con un diseño mío”

Publicidad Ai
Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
  • Amparo Maciá -

En uno de esos apartamentos con solera, de techos altos y grandes ventanales, que se ubican en el centro de Jerez, se encuentra el taller de Amparo Maciá. Telas, patrones y colecciones se hallan perfectamente en un enclave donde el color, el diseño y, sobre todo, los volantes  se erigen como protagonistas cada día del año, pero aún más cuando la primavera inicia su estación.

A falta de dos semanas para que dé comienzo la Feria del Caballo, la diseñadora jerezana se encuentra inmersa ultimando labores de confección, que pondrán la guinda a un año repleto de vivencias y grandes momentos que le ha brindado  el mundo de la moda flamenca. Aún así, Amparo Maciá ha podido contarnos  y hacer un balance de toda su trayectoria profesional y de cómo ha cambiado el panorama de la vestimenta folclórica del sur en los últimos años.

Casi veinticinco años en el mundo del diseño y aún con vistas a seguir ampliando el número de colecciones, ¿qué supone el mundo de la moda flamenca?

—Sacrificio. El mundo de la moda - en general- es dedicarle mucho tiempo, es saber que pasarás horas y horas en el taller con un mismo patrón y no tendrás días libres. La moda es mi vida, pero sin embargo, no querría esto para mis hijas.

Empezaste desde muy joven a  vivir de cerca el mundo de la moda flamenca, ¿cómo fueron esos inicios?

—Me fui a estudiar a Sevilla diseño, al principio no sabía que quería dedicarme a la moda flamenca, sabía que quería crear, ser creativa, pero también me gustaba la idea de realizar trajes de novias. Sin embargo, el destino quiso que mi camino se viera sumergido entre volantes y lunares. Todo surgió en el último curso de diseño, aún no había terminado ni el proyecto final de carrera, pero nos propusieron concursar en Simof, que por entonces solo llevaban tres ediciones realizadas, y llevar una colección diseñada y confeccionada por nosotras. Desde un primer momento a mí me hizo mucha ilusión que nos dejasen participar en Simof, pero no me imaginé lo que cambiaría mi vida a raíz de ganar aquella edición, cuyo jurado estaba presidido por la Duquesa de Alba, María Teresa Campos y la maestra de la moda flamenca, Lina. El jurado decidió que mi colección, Revuelo, era la que merecía salir en pantalla en el programa de María Teresa Campos y gracias a la visibilidad que conseguí a través de Telecinco en aquellos años ya no descansé. Me enamoré de la moda flamenca e intenté superarme cada año.

Fueron años muy emotivos en los que las celebridades del momento querían ir vestidas por la jerezana Amparo Maciá, ¿cómo llevabas toda esa situación?

—Trabajando mucho y con constancia. El momento que más me marcó en esa primera etapa fue cuando Norma Duval me llamó y me dijo que quería que le diseñara un traje para la feria de Sevilla. Entonces no tenía taller ni nada, tuve que atender a la actriz en casa de mis abuelos, casi nos da algo, pero desde ese momento he vestido todos los años a Duval, ahora ya somos amigas. También he vestido a Niña Pastori para asistir a los  Grammys  o incluso a varias artistas para Eurovisión, pero a mí me queda pendiente ver cómo llevaría un diseño mío a una gran gala Jennifer López.

¿Ha cambiado algo la esencia de tus  diseños?

—La esencia es la misma. Mismos colores; negro, blanco y rojo, también algún cítrico, pero soy muy clásica. Sí que he mejorado la técnica y  he estudiado a conciencia los tejidos más especializados, dejando a un lado el popelín, pero, en el fondo, la combinación del color sigue siendo la misma que antaño.

A colección por año, a veces incluso varias, ¿cómo surgen las ideas?

—Siempre digo que el 99% se conforma de transpiración, de trabajo, y el 1% de inspiración, es decir, tienes que pasar muchas horas dándole vueltas a un mismo patrón e ir perfeccionando sobre el papel todo lo que tienes.  No creo que exista la inspiración divina, o las musas como tal. Por ejemplo, en mi última colección María Luisa, -que se llama así en honor a la dueña del hotel que lleva el mismo nombre y que recientemente ha abierto sus puertas en Jerez- he querido explotar el lado más sofisticado y elegante del traje de flamenca, he querido añadir más pedrerías, pasamanerías, carruchas, en general, realizar  trajes  que se asemejen más a los de alta costura. Pero, como todo proceso creativo, diseñar no es cosa de un solo día.

Has conseguido innovar en el traje de gitana , saber qué se lleva en el Real cada año no es fácil, pero , ¿y en las romerías?

—Es cierto que no he realizado tantas colecciones de moda especializadas en romerías, pero también porque actualmente las mujeres van ataviadas al Rocío, por ejemplo, con los mismos trajes que se ponen para el Real.  Antes eso era impensable, las romeras buscaban más la comodidad que ir arregladas como irían a la feria.

¿Cómo ha evolucionado el traje de flamenca?

— El traje de flamenca ha cambiado exponencialmente, sobre todo en los últimos años. No es lo mismo ver un traje de hace veinte años, que era el mismo que te ponías con quince; con el talle alto, sin recaer tanto en las curvas de la mujer. Ahora, afortunadamente, prima más el realzar el cuerpo de la mujer que lo viste, que ella se sienta cómoda y, sobre todo, que pueda lucirlo cualquier mujer de cualquier edad. En el tejido también s e puede ver una evolución muy positiva, arriesgando  más por colores y formas.

¿Hay algo que no te guste de la moda flamenca actual?

—Quizás la moda que se ve tanto en el Real de incluir hombreras con flecos en todos los trajes de flamenca, no tiene sentido estilístico. Pero, creo que es más importante que una flamenca vaya bien vestida y segura de sí misma, es decir, con un buen tacón, perfectamente maquillada y peinada. Vestirse de flamenca debería ser considerado como una especie de ritual para la mujer, nada de ponerse botos porque es más cómodo.

Actualmente, atiendes personalmente a las clientas que acuden a tu taller en la Calle Larga, ¿has vivido alguna situación incomoda con alguna de ellas?

—Hay situaciones inevitables, por ejemplo, lo que más me molesta es cuando vienen con un patrón de otro diseñador y me piden que lo copie, jamás haría eso. Soy una de las diseñadoras de moda flamenca que más veces han plagiado, no está en mi personalidad ni en mi ética hacer lo mismo. También se dan situaciones en las que la clienta quiere realizar cambios en algunos de mis diseños, pero eso es muy frecuente porque, en el fondo, todos creemos tener un diseñador en nuestro interior. En definitiva, lo único que me es perjudicial es que vengan con ideas preconcebidas sin haberse probado antes ningún modelo.

¿Qué tienes pensado para un futuro? ¿Algún sueño que esté aún en el tintero?

—De momento quiero tomarme un descanso. Pensar todo con calma,  llevo meses y meses sin salir del taller, no he tenido tiempo ni para hacerme un traje para mí.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN