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El barrio de José Antonio vive un final histórico

Para algunos vecinos es complicado asistir al derribo de estos edificios, porque ha sido su barrio

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  • La imagen del derribo de José Antonio -

Aprincipios de esta semana arrancaba el principio del final de la barriada de José Antonio, un barrio que fuera inaugurado en 1955 y que poco a poco irá desapareciendo del panorama portuense, quedando solo en la retina de los que han pasado por aquí y en las imágenes captadas estos años.


Tras salvar distintos obstáculos técnicos, referentes a la solución dada al mantenimiento del cableado del alumbrado, para que el resto del barrio no se quede sin servicio, varias semanas después de la primera fecha prevista, comenzaba el derribo de los tres primeros bloques de viviendas, los que se encuentran ubicados en la plaza de la Esperanza y que muestran la primera imagen de esta barriada, azotada por el narcotráfico durante más de 15 años.


Muchos han sido los curiosos que se han querido acercar estos días al derribo de estos edificios, trabajos que se iniciaran por la zona superior de los mismos, hasta que se pudieran apuntalar los cables del tendido eléctrico. Además, los más ávidos se han llevado incluso las últimas fotos de recuerdo que quedarán de este enclave, llegando al punto de tomar selfies con las máquinas trabajando por detrás.


Pero hay vecinos que sienten nostalgia, porque a pesar de que han sido años complicados y duros, sobre todo en lo que se refiere a la convivencia y la problemática social derivada de la actividad  que ha preponderado, el narcotráfico, y que ha impedido a tantas familias poder “vivir en paz”, como explica una de esas vecinas.


Si los últimos años han sido difíciles, “tomar la decisión de salir de tu casa, la que además, por lo menos en mi caso, ha sido de mi familia, de mis padres, es mucho más complicada, y te da un pellizco en el estómago ver cómo entran las máquinas”.


Otros apuntan que la imagen que quedará ahora al descubierto, los edificios posteriores, será peor que la que se ha podido ver hasta el momento, pero los representantes municipales consideran que ahora la Policía Nacional tendrá más facilidades a la hora de actuar en la zona. Y sobre todo, dicha imagen marca, aprecian los vecinos, “el concepto que se lleva la gente de El Puerto, porque es una entrada a la ciudad”, que no ofrece un “buen aspecto” para una localidad turística.


El edil de Levantemos, Pepe Oliva, asegura que su grupo ha reiterado en distintas ocasiones la importancia de intentar hacer una actuación conjunta en este entorno, en el que vive con su familia, porque ahora pueden pasar incluso varios años hasta que se llegue a acuerdo con el resto de los vecinos, lo que supone dejar al descubierto dicha imagen nefasta del barrio, porque en estos edificios hay más suciedad, menos limpieza, menos mantenimiento, etc.


En este barrio solo quedan cuatro familias, con las que la Junta de Andalucía tendrá que negociar su salida, confiando el alcalde accidental, Antonio Fernández, y la edil de Urbanismo, María Eugenia Lara, que no haya que llegar a la expropiación forzosa. Las demás, casi el 80%, anunciaba Fernández, han sido realojados en los edificios de Santa Clara.


Se trata de unos trabajos que se extenderán a lo largo de los próximos dos meses, aunque será esta primera semana la que marque el aspecto final de este espacio. El miércoles quedaron derribados los tres edificios. Con todo, desde el Ayuntamiento se destaca que continúa así la regeneración de esta zona, en la que se han hecho distintas actuaciones, como la construcción de los edificios de Santa Clara, la remodelación de la rotonda de la Esperanza y la dedicada a Pepi Sánchez,  así como la modificación del tráfico.


El martes ya se puso solución al tema del tendido eléctrico, para el que se han colocado unos postes de madera que sujetarán los cables, por lo que se comenzaban a vislumbrar los tres edificios de detrás, hasta que han desaparecido totalmente. Estos primeros días de trabajos han provocado retenciones en el tráfico, sobre todo la jornada del lunes, puesto que el vallado de la zona supuso cortar, en un tramo, uno de los carriles de la avenida de Sanlúcar.


Con todo, los conductores, más que mostrar sus quejas, se han ido mostrando sorprendidos por los trabajos, que parecía que no iban a llegar nunca a este espacio. Los ciudadanos consideran que esta actuación no es más que un “fracaso” de las administraciones, que no han conseguido dar una solución a la problemática de este barrio, recordando otros en los que ha pasado una situación similar, como el Vietman, la calle Valdés, Diputación, la antigua Santa Clara, etc, confiando en que en Los Milagros las viviendas,  y los residentes, no tengan que tomar los mismos derroteros.

Inspecciones técnicas sobre el alumbrado

La semana pasada, la barriada de José Antonio era objeto de distintas inspecciones técnicas de la empresa de servicio eléctrico, para dar una solución al escollo que se presentaba a la hora de derribar los primeros edificios.


La calle Cervantes, en peores condiciones

Algunos edificios de la calle Cervantes ofrecen una imagen deplorable, y se nota que crecen las condiciones en que se desarrolla este espacio. Algunos portales se han llenado de suciedad, basura, y restos, como ocurriera con los de la plaza de la Esperanza.

Una obra que se alargará unos dos meses

 Las obras que comparten la Junta de Andalucía, a través de AVRA, y el Ayuntamiento portuense, se alargarán durante dos meses, pues no solo se trata del derribo de estos tres bloques de viviendas, sino del adecentamiento de la zona.

El ‘selfie’ más buscado de la jornada

El pasado lunes, los curiosos, vecinos, portuenses e incluso algunos concejales del Gobierno municipal, quisieron buscar la fotografía del día, que no era otra que hacerse una autofoto con las máquinas trabajando en José Antonio.

 

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