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Urbanismo ‘bloquea’ el arreglo de una casa en ruinas en el centro

Un vecino de la calle Fontana lleva meses esperando que el Ayuntamiento firme el acta de ocupación

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  • Fachada de la finca en ruinas de la calle Fontana. -
  • “Es un peligro”. La finca del número 16 de la calle Fontana tiene un balcón con riesgo de derrumbe y ha causado grietas en la casa aledaña

“No entiendo a qué están esperando. Estamos hablando de una casa en ruinas, con una fachada y un balcón en la primera planta que se puede caer en un día de viento y lluvia y que está en una calle muy transitada, junto a un gimnasio, en la que no paran de pasar personas. Con la salud de la gente no se juega”. Son las manifestaciones de un vecino del nº 18 de la calle Fontana y propietario también del número 16 de la citada vía,  entre Arcos y Medina, una finca en ruinas colindante que le fue adjudicada hace meses tras salir a concurso público.

Lo que no se explica y ve cuanto menos surrealista es que tras haber abonado en abril el importe del inmueble, ahora no pueda tomar posesión de él, ni mudarse, por un tema de papeleo. Concretamente, lo que falta, según explica a Viva Jerez, es la firma del acta de ocupación. Cansado de llamar y pedir explicaciones, pues ya van tres escritos sin responder entre julio y agosto, después de un largo proceso que se remonta al menos a cinco años atrás, ha decidido denunciarlo a la opinión pública. Lo último que le han dicho es que el tema está en Intervención.

No entiende cómo habiéndole “quitado un problema” al Ayuntamiento para hacerse con una vivienda abandonada a partir de la figura de la “venta forzosa” que contempla la ley para estos casos  y sobre la que pesaban denuncias de él y de la dueña de la otra casa aledaña (14), siguen en esta situación. Todo ello, mientras que las paredes y suelos del patio del inmueble de la vecina de al lado empiezan a resentirse con unas grietas que han ido a más en el último año y que dan al techo del dormitorio.

“Esa casa tiene al menos 30 años, pero tras fallecer su propietaria los herederos no se pusieron de acuerdo. Cuando se adjudicó a este vecino me quedé más tranquila, pero seguimos igual”, se lamenta. “Sólo hace falta una firma. Estamos hablando de un inmueble que han sacado a la venta y que ya tiene un adjudicatario que ha pagado, y el Ayuntamiento ni se tiene que gastar dinero”, señala el adjudicatario, que ha tenido que poner cadenas en la puerta para que los ocupas no se cuelen. 

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