La habitual estampa de un domingo de verano por la mañana en una ciudad turística se ha transformado hoy en un gran tablao en Málaga, donde cerca de 4.000 ciudadanos han tomado la principal calle comercial de la ciudad para batir el récord mundial de personas bailando flamenco al mismo tiempo.
Un total de 3.920 personas se han concentrado en la calle Larios para tratar de seguir los pasos de los bailaores Antonio de Verónica y Saray Cortés, que han diseñado una coreografía por bulerías para este acto, enmarcado en el cuarto Seminario Internacional de Flamenco Ciudad de Málaga.
Unos lo han conseguido sobradamente, gracias al vídeo tutorial que habían visto en internet y a los ensayos previos, y otros se han limitado a levantar los brazos o tocar las palmas, entre ellos muchos turistas que se han acercado al lugar atraídos por la música sin saber muy bien de qué se trataba.
"Málaga se ha volcado", ha manifestado el presidente de la Escuela de Flamenco de Andalucía, Luis Guillermo Cortés, quien ha expresado su satisfacción por la acogida que ha tenido la cita, y el apoyo tanto de los ciudadanos como del Ayuntamiento y la Diputación provincial.
Batir la marca que tenía Madrid, fijada en 3.665 personas, ha sido posible gracias al trabajo de los voluntarios y a que "el turista de a pie, cuando ha visto esta actividad, ha venido a participar" porque "no se quería perder el gran día que es para el flamenco", ha afirmado.
Alumnos de centros públicos y privados de baile y profesores y público se han congregado desde las diez de la mañana en la zona, donde medio centenar de voluntarios se han encargado de formalizar la inscripción de los participantes, documentación necesaria para validar posteriormente el récord Guinness.
También han animado a sumarse los propios bailaores, con frases como "el flamenco es vida señores, el flamenco quita todas las penas", con la que Antonio de Verónica invitaba a todos a bailar, y no solo a grabar el espectáculo con sus teléfonos móviles a mano alzada.
Antes de que trascendiera que se había logrado el récord, agradecía a todos que estuviesen allí "un domingo con el calor que hace" y que no se hubiesen ido a la playa, sino "a apoyar el flamenco", declarado desde 2010 Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
Pocos volantes y tacones ha habido entre los asistentes, que han optado mayoritariamente por ropa ligera y que, en algunos casos, también llevaban bolsas de comercios, pues la cita ha coincidido con el inicio de las vacaciones de verano para muchos y el primer domingo de rebajas.