Un testigo amigo de tres de los acusados y también de una de las víctimas ha declarado hoy que vio la paliza que le dieron a dos guardias civiles y sus parejas en un bar de Alsasua (Navarra), en la que él intentó proteger al teniente: "Pasaba gente corriendo, le propinaban un golpe y se iban".
El testigo, conocido como Paulette entre sus amigos de la cuadrilla de Alsasua, originario de Ecuador y que lleva viviendo en la localidad navarra 16 años, ha explicado al tribunal que juzga a ocho presuntos agresores que es amigo de tres de ellos, pero también de María José, la novia del teniente que resultó herido y que es asimismo ecuatoriana.
Aunque no ha identificado a ninguno de los agresores porque "estábamos en actitud de fiesta, habíamos bebido y estaba oscuro", Paulette ha reconocido la paliza que tuvo lugar aquella noche, en contra de la versión de otros testigos de las defensas que han dicho no haber visto nada.
"Yo intenté que no pasara", ha comenzado relatando a preguntas de las acusaciones, después de que las defensas, que son las que le habían citado, no le hubieran preguntado por la pelea.
Según su versión, en la madrugada del 15 de octubre de 2016 dentro del bar Koxka varias personas ya increparon a su amiga María José y empezaron a empujarla tanto a ella, como al teniente, al sargento y a la novia de éste. Él intentó "protegerla" y cubrirla con su espalda pero los agresores sacaron a todos "a empujones" del bar.
Una vez fuera, ha contado que vio ya al teniente tendido en el suelo y se interpuso entre la gente, por un lado, y el guardia civil y su amiga María José, por otro. "Ella quería proteger al teniente y yo la protegí a ella", ha dicho, pero ha insistido en que no vio a los agresores porque "había gente encapuchada y tapada la cara".
También intentó que "nadie le pegara al teniente en el suelo" y recuerda cómo su amiga "le abrazó para que no le pegaran mas". "Pasaba gente corriendo, le propinaba un golpe y se iban", ha relatado Paulette sobre la agresión.
Ni el teniente ni María José intentaron defenderse, ha dicho, vio cómo el sargento agredido tenía la camisa blanca rota. La novia de éste, mientras, estaba llorando.
Paulette se interesó al día siguiente por María José y le mandó varios mensajes con el texto: "He intentado separar y que no te hicieran daño pero no lo conseguí" y "Cuando salí a la calle tu novio ya estaba allí, ya estaba en el suelo".
Hoy ha reconocido estos mensajes y también su conversación unos días después con el hermano de ella. "Me preguntó si lo había visto y le di mi punto de vista", ha dicho, en el sentido de que pensó "que sí iban a por ellos, pero que han metido a gente que creo que no tenían que estar aquí", en defensa de sus amigos acusados.
Paulette ha admitido que desde hace un año y medio no habla con María José (ella denunció en el juicio que sus amigos le han dado de lado y se ha tenido que ir de Alsasua, donde llegó con 3 años de edad), y que ahora ya no sabe si es su amigo.
El testigo ha reconocido también que se ha sentido "un poco" presionado para declarar y ha negado haber participado en manifestaciones en apoyo de los acusados, al contrario que otros tres testigos que han declarado hoy también amigos de los encausados.
Estos testigos han explicado que sí participaron en manifestaciones de apoyo, pero que esa noche no vieron la pelea porque no salieron del bar Koxka cuando se armó el revuelo.
"En ningún momento vi ninguna agresión ni nada por el estilo. Me quedé en el local tranquilamente", ha dicho uno de ellos, quien nunca preguntó a los acusados por el altercado porque "es un tema incómodo" y ha reconocido haber hablado con sus abogados, pero solo le explicaron "cómo era la sala del juicio y dónde me tenía que sentar, nada más".