Siempre tuvo claro que quería estar al frente de una gran librería y ya han pasado 35 años desde que emprendió un viaje profesional que le ha hecho crecer personalmente, que le permite aprender todos los días y conocer mejor la ciudad por la que ha apostado.
José Luis García Calero (Jaén, 1957) es el responsable de la Librería Metrópolis de la capital, sita en la calle Cerón desde hace 21 años, pero viva desde 1982, cuando con un préstamo familiar de quinientas mil pesetas, este licenciado en Filología Hispánica al que no le hubiera importado ser periodista, pudo hacer realidad su sueño.
Su primera parada fue en la calle Carrera de Jesús. Ya entonces rompió moldes, con una librería que también fue galería de arte. “En los ochenta, la gente agradeció una librería como ésta. En Jaén se recuerda con mucho cariño”, rememora.
Pero, qué es hoy la Librerías Metrópolis para los jienenses. A esta pregunta, José Luis García no tiene claro qué responder. “Para muchos sigue siendo un lugar donde comprar libros, cuando una librería es una puerta abierta a la sabiduría, un lugar desde donde se puede educar a toda la población”, reconoce.
Supo que su librería funcionaba cuando “el 80% de los clientes que entraban, salían con un libro”. Desde entonces, el objetivo ha sido mejorar. “La librería ofrece muchas posibilidades”, dice.
Para José Luis García el libro “sigue siendo algo absolutamente revolucionario”. Como librero y lector, lo concibe como “un amigo muy íntimo, que te habla directamente y que te hace crecer de una forma evidente”.
Él no ha leído todos los libros que ofrece en su librería, pero los conoce como la palma de su mano y siempre que recomienda, ofrece libros que hablan de Jaén. “Los jienenses tienen que conocer lo cercano, que te permite tener una perspectiva de lo universal. Jaén tiene que conocer a sus escritores”, espeta. José Luis García siempre ha estado al lado de los creadores jienenses. “Si no fuera por los creadores, seríamos sociedades grises”, afirma.
Sobre los autores de Jaén, reconoce que “tienen chispa y necesidad de transmitir y eso hace que sean personas valorables”. Después de horas detrás de un mostrador, de años rodeados de libros y trato con la gente, José Luis García se ha convertido en un observador. Primero de la zona donde está, el casco antiguo. “Aposté por esta zona porque el casco antiguo tiene personalidad propia”, dice. Y luego, sobre la realidad de la capital. “Jaén es como el pollo que sale del cascarón. Está empezando a verse, pero no se ha mostrado del todo”, dice.
Sobre sus creadores, valora que “están empezando a ser admirados a nivel local y provincial”. García afirma que “Jaén no se cree que esté a la altura de cualquier otra ciudad”. Por ello, reconoce que “se llama a las puertas, pero nadie se atreve a abrirlas, y todo va despacio”.
Cada vez que tiene oportunidad, epata a esta ciudad. “Todos somos creadores y tenemos que ser valientes, salir del cascarón y favorecer a que la sociedad prospere. Hay que sentirse cómodo en la sociedad en la que se vive. La tristeza no puede instalarse en nuestras vidas. Necesitamos más ambición, romper moldes y mostrarnos”, valora.
Se sonroja cuando se le pregunta si es como un sabio. “Un librero no tiene que ser un sabio. Yo estoy siempre aprendiendo. Me encanta mi trabajo. A través de una librería crecemos todos”, afirma. A este respecto, García dice: “Soy el eslabón entre el sabio y el que quiere aprender. Me siento un privilegiado porque favorezco que la población se enriquezca culturalmente y llegue fácilmente al conocimiento”.
Sobrevivir no ha sido tarea fácil. “Ahora mismo hace falta especialización en las librerías. Las que han cerrado es porque no han sabido estar al día”, reconoce. Tener la competencia de grandes superficies comerciales le ha permitido comprobar que “todo lo que al principio parece que va a entorpecer, lo que hace es mejorarlo”. Por ejemplo, los libros electrónicos. “Han mejorado la venta de libros. Sobre una pantalla, el libro parece en todas sus páginas igual. Nuestro cerebro necesita una portada, el olor a libro. Todos tenemos un ebook y todos nos hemos dado cuenta de que el formato papel no se puede abandonar”, sentencia.