Kim Yo-jong, hermana del líder norcoreano, Kim Jong-un, llegó hoy a Corea del Sur junto a una delegación enviada por Pyongyang para asistir a los llamados "Juegos de la Paz", una visita sin precedentes enmarcada en el proceso de deshielo entre ambos países.
Considerada una figura de peso en el hermético régimen y muy cercana al dictador, Kim Yo-jong se ha convertido en la primera integrante de la dinastía Kim en pisar territorio surcoreano, donde además de asistir a la ceremonia inaugural de PyeongChang 2018, está previsto que se reúna con el presidente del país, Moon Jae-in.
Kim arribó al aeropuerto internacional de Incheon (oeste de Seúl) a bordo de un avión privado junto a los otros 21 integrantes de la delegación norcoreana de alto nivel, en medio de una enorme expectación mediática y de un dispositivo de seguridad excepcional compuesto por centenares de policías y fuerzas de élite.
La hermana del líder, quien suele aparecer en un discreto segundo plano en los actos donde acompaña a Kim Jong-un en Corea del Norte, se mostró sonriente y distendida durante su llegada al aeropuerto y en la recepción que les ofrecieron allí las autoridades surcoreanas, según las imágenes captadas en los medios locales.
Enfundada en una abrigo negro, la hermana del líder acaparó todos los focos pese a que la comitiva está encabezada por el presidente honorífico del Norte, Kim Yong-nam, el funcionario de mayor rango en acudir jamás al Sur y quien incluso ofreció a Kim el asiento central para la reunión con el ministro surcoreano de Unificación, una invitación que ella declinó.
La delegación, flanqueada por agentes de seguridad norcoreanos, se desplazó después en un tren de alta velocidad hasta la ciudad de PyeongChang, a unos 180 kilómetros al oeste de Seúl, para asistir a la ceremonia inaugural de los Juegos y a la recepción ofrecida por Moon.
En ambos actos, los enviados de Pyongyang podrían coincidir con el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, y con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, entre otros mandatarios internacionales que también presentes.
La delegación regresará a Seúl el sábado para participar en un almuerzo y una reunión con Moon en la oficina presidencial, y tiene previsto volver el domingo a Corea del Norte en otro vuelo privado desde Incheon.
El encuentro, según los medios locales, podría servir para que los representantes norcoreanos trasladen a Moon algún mensaje de Kim Jong-un o que incluso le inviten a asistir a una cumbre en Pyongyang.
El envío de una figura de confianza del líder supremo ha sido muy valorada por Seúl, que considera que esta comitiva "muestra la voluntad del Norte para mejorar las relaciones" en el escenario de distensión con motivo los Juegos, donde las dos Coreas desfilarán juntas durante la inauguración.
En cualquier caso, esta reunión a tan alto nivel en Seúl será histórica, puesto que las dos cumbres previas intercoreanas, en las que participaron los máximos dirigentes de ambos países, se celebraron en Pyongyang en 2000 y 2007.
Pero muchas voces dentro y fuera de Corea del Sur han criticado estos pasos hacia la reconciliación de dos países que permanecen técnicamente en guerra, pues desconfían de un Norte que ha seguido con el desarrollo de armas nucleares y de misiles tras comprometerse a cesar sus hostilidades, como sucedió en las dos citadas cumbres.
Pence volvió hoy a alertar desde Seúl sobre "la ofensiva propagandística" de Pyongyang e insistió en recordar el carácter "tiránico" del régimen o el hecho de que organizara un desfile militar justo en la víspera de los Juegos.
Sin embargo, dejó abierta la opción de mantener algún tipo de contacto con la delegación norcoreana "si surge la ocasión" durante los dos días en que coincidirán en Corea del Sur, mientras que el Norte señaló que "no tiene la intención de reunirse con EEUU" y que "no usará los Juegos como tribuna política", a través de sus medios oficiales.