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19/05/2024  

Andalucía

Moreno deja el Senado y lo fía todo ya a asaltar la Junta

Renunciará al acta para volcarse al 100% en alcanzar San Telmo. La victoria en las últimas generales insufla optimismo, aunque necesitaría a Ciudadanos...

  • Díaz y Moreno, el lunes -
  • El líder de la oposición da un golpe de efecto tras quedar atrapado en varias ocasiones en el fuego cruzado entre la Junta y Rajoy

Juanma Moreno está convencido de que las próximas elecciones autonómicas pueden romper uno de los techos históricos que se le resisten al Partido Popular: gobernar por fin la Junta de Andalucía. Cree que le salen las cuentas si Susana Díaz acumula más desgaste en el año y medio que resta hasta la cita en las urnas de 2019 y hay algún compañero de viaje, entiéndase Ciudadanos, que decide cambiar de orilla y prestarle su apoyo. Si esos factores se concatenan podría tomar San Telmo, su gran obsesión desde que Mariano Rajoy le designó en 2014 para renovar el partido después del duro varapalo que supuso para Javier Arenas imponerse a José Antonio Griñán pero ser incapaz de gobernar por el pacto entre PSOE e IU.

Para dedicarse en exclusiva a esa hoja de ruta Juanma Moreno comunicó este miércoles de forma oficial a su partido que pretende zambullirse en “cuerpo y alma” en la política regional. Eso implica asumir lo que le trasladó en Carmona a su grupo: en los próximos días se despedirá del acta de senador que ostenta desde junio de 2014, cuando fue elegido en el cupo que la Cámara Alta reserva a los designados por cada parlamento autonómico sin necesidad de concurrir en lista alguna a Cortes. Cierra así una etapa de algo más de tres años en la que simultaneó cargos. En la decisión, que según la confesión de ayer ha sido “muy meditada”, ha pesado más la “gran tarea” que cree que tiene aún por delante para “ mejorar la comunidad, transformarla y hacerla una tierra mejor”.

Apostado ya todo al gran órdago de gobernar Andalucía, Moreno da un golpe de efecto tras un duro año en el que la confrontación entre Junta de Andalucía y Gobierno central le ha dejado en varias ocasiones en fuera de juego. Contenciosos sonoros como el de las pírricas inversiones que los Presupuestos Generales del Estado dedicarán el próximo ejercicio a la región, el recurso del Ejecutivo de Mariano Rajoy ante el Tribunal Constitucional contra el decreto que redujo la jornada laboral de los empleados públicos a 35 horas o la posición que adopte el PP en el frente común que intenta moldear Susana Díaz para reclamar una mejor financiación le han colocado siempre en la misma encrucijada: no puede colocarse del lado de la Junta porque supondría desmarcarse de la línea oficial de su partido en Madrid, pero tampoco puede aparecer como el líder de la oposición que se conjura contra los intereses de los ciudadanos a los que aspira a gobernar en apenas 18 meses.

Moreno corta ahora el lazo que le ataba al Senado, una “distracción” con la que Susana Díaz y el resto del PSOE le habían replicado en más de una ocasión cuando él reprochaba a la presidenta que tuviera la cabeza más allá de Despeñaperros durante su ensoñación de tomar el poder de Ferraz.

El salto de las generales

Moreno sufrió un duro varapalo en 2015 cuando se enfrentó a su primer reto en las urnas. Todo jugaba en su contra: era nuevo en el reto de unas autonómicas, Arenas había dejado el listón en unos 50 diputados ya imposibles de igualar y el PP, acosado por la crisis y la corrupción, estaba en plena cuesta abajo. Arañó sólo 33 diputados en el Parlamento andaluz, dejándose 17 por el camino. La rehabilitación llegó en las últimas generales, las de junio de 2016. Los populares voltearon el resultado y ganaron en Andalucía con 23 de los 61 diputados en juego, por encima de los 20 del PSOE. Moreno sabe que las autonómicas se juegan en campo diferente y que el PSOE se mueve ahí como pez en el agua, pero se ve con posibilidades. Ahora San Telmo es ya su gran obsesión.

Ironías sobre una región “low cost”

Además de anunciar el adiós al Senado Juanma Moreno tuvo tiempo en Carmona de atizar a Susana Díaz por las contradicciones que a su juicio anidan en el PSOE cuando se habla de modelo territorial. El malestar de la presidenta tras oír a Pedro Sánchez etiquetar sólo como naciones a Cataluña, País Vasco y Galicia permitió al líder del PP tirar de ironía y censurar que haya quien considere a Andalucía sólo “una región low cost”.

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