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02/06/2024  
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San Fernando Cofrade

Sánchez Casas reivindica el carisma del cofrade en el Pregón

El cofrade de la hermandad de los Afligidos llenó el Real Teatro de Las Cortes de los sentidos característicos de la Semana Santa de San Fernando.

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El cofrade isleño y miembro de la Junta de Gobierno de la hermandad de los Afligidos, Manuel Jesús Sánchez Casas, con la medalla que sólo los hermanos de Afligidos que pregonan la Semana Santa reciben en la mañana del Domingo de Pasión, ofrece un pregón a la Semana Mayor donde priman los sentidos.

Precisamente, el hermano mayor de la Hermandad del Santísimo Sacramento y Cofradías de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de los Afligidos y María Santísima de la Amargura, Manuel Muñoz Rivero, ha sido el encargado de presentar al pregonero, recordando los años de niñez, el compromiso cristiano y cofrade de Manuel Jesús Sánchez Casas, y su vinculación a la hermandad de los Estudiantes. Recordó cómo hace años eran los encargados de repartir los itinerarios de la extinta Caja de Ahorros de Cádiz en los pregones de la Semana Santa y hoy le tocaba el turno de pregonar.

Antes del pregón, la Banda Sinfónica de San Fernando interpretaba las marchas La Vera-Cruz, de Pérez Monllor y Nuestro Padre Jesús de los Afligidos, de Carlos Cerveró, mostrando también a través de la música la vinculación del pregonero con las dos hermandades de la parroquia del Santo Cristo y sobre todo el trabajo de investigación desarrollado en la década de los 90, en la que el pregonero, acompañado de Diego Rastrollo, rescataron las marchas de Pérez Monllor.

La lectura del ángelus abrió el acto principal, con la apertura del escenario, donde figuraban los cuatro artísticos faroles de la hermandad de los Afligidos y el pelícano que corona la urna del Santo Entierro. No hacía nada más, para mostrar un escenario austero y lleno de simbología. En la presidencia, el arcipreste de San Fernando, Alfonso Gutiérrez Estudillo; la alcaldesa Patricia Cavada; el Comandante General de Infantería de Marina (Comgeim), Jesús Manuel Vicente Fernández; el presidente del Consejo de Hermandades, Jesús Cruz Foncubierta; el vicepresidente, Manuel Lora Corrales; la secretaria del Consejo, Beatríz Román y el presentador del pregonero, Manuel Muñoz Rivero.

¡Despierta, San Fernando. Despierta, mi Isla de León!
El pregonero animó a luchar por San Fernando, después de reseñar pérdidas importantes como la Escuela Naval, el submarino Peral, el puente de la Casería, la Escuela de Aplicación, la Fábrica San Carlos, el convento de las Capuchinas. Ante tal situación, manifestó “aprendamos a vivir de nuestro presente y, sobre todo, busquemos y construyamos nuestro futuro”.


En el pregón se pusieron en valor los sentidos de la Semana Santa que inundan la Semana Mayor, el tacto con bolas de cera; el gusto, con unos roscos de la Semana Santa; la vista con unos vídeos y el olfato, con el aroma a incienso que se podía apreciar en el patio de butacas del Real Teatro de Las Cortes.

“Hay olores inconfundibles que cofrades y profanos identificarán con momentos y lugares de nuestras Estaciones de Penitencia: desde las esencias embriagadoras del azahar en las calles Vidal o Ancha, pasando por los efluvios de la cera derritiéndose de un cirio, o el de los roscos con regusto a clavo, el olor al bienmesabe evocador y embaucador del Deán, o la más sutil de las fragancias de las flores de un paso de palio.

Pero si hay un aroma que identificamos con nuestras Hermandades es, sin duda, el del incienso. Esos granos de resina desprenden un olor característico y un denso humo que consigue envolver de misterio las imágenes. Mezclado con el carbón, destila un perfume y unas esencias que logran su principal objetivo religioso: unir lo divino y lo humano”, narraba.

“Hoy, en estos tiempos tan convulsos, parece que hemos desterrado a Dios, pero no es así. Todos los cofrades, con nuestras luces y sombras, somos una avanzadilla de la Fe, porque mostramos esa Fe de andar por casa haciendo más cercano a Dios, materializado en las imágenes de Jesucristo y la Virgen María”, sentenció el pregonero.

Manuel Sánchez Casas reivindicó el carisma del cofrade y dijo “desde este privilegiado atril, reivindico el carisma de Cofrade como uno más de los que el Espíritu Santo nos regala para ejercer el apostolado. Los cofrades debemos fomentar la acción evangelizadora y pastoral y promover la justicia, la caridad y la solidaridad como signos de identidad de la Iglesia. Pero la Iglesia, nuestra Madre, debería arroparnos dándonos el sitio que nos corresponde, con las responsabilidades que los cofrades debemos y queremos ocupar en nuestras Parroquias. La actividad del Cuerpo Místico debe realizarla la Iglesia por medio de todos sus miembros, sin postergar a ninguno, y la vocación cofrade es también vocación al apostolado. 

El pregón tuvo versos dedicados a los titulares, entre los que se ofrecía un mensaje claro: “Por quienes no están contigo/ Y quienes de Ti se olvidan;/ Por todos los desahuciados,/ Las almas comprometidas,/ Los cristianos divorciados/ Que a nuestra Iglesia suplican/ No se les niegue el consuelo/ Ni la Tierra prometida;/ Por quien ama diferente,/ Con amores sin medidas;/ Por esos amigos nuestros,/ De devoción conocida,/ Arrópalos con tu túnica,/  ¡Señor de las Tres Caídas¡”

Con sones del Ave María de Caccini, interpretada a piano y violín, hizo un recorrido por las dolorosas y vírgenes de San Fernando, mientras en la pantalla del Real Teatro de Las Cortes se podía ver un vídeo con todas las vírgenes.

Tras unos bellos versos a Jesús Nazareno, Regidor Perpetuo de San Fernando, el pregonero continuó resaltando que  “La Iglesia, nuestra Santa Madre Iglesia a la que pertenecemos todos los bautizados, no puede olvidar ni dar la espalda a esos hijos que, por muy diversos motivos, han visto fracturarse su matrimonio, pero que desean seguir bajo su amparo amándola como Madre y esperando su acogida y comprensión. Y en la Iglesia tampoco podemos ignorar a todas esas parejas de hermanos nuestros que, de verdad, se aman; esas parejas donde habita el amor –el primer mandamiento instituido por Jesús– sin distinción de géneros. Como se pregunta el papa Francisco, ¿quiénes somos nosotros para juzgar? Por eso, este pregonero afirma rotundamente que estos hermanos pertenecen a nuestra Iglesia donde se alimenta la fe en un Dios que es todo Amor, Comunión y Misericordia. Para estos hermanos –que aman de verdad– tenemos un Dios que ama sin medidas. Acojámoslos. No los rechacemos. Tengamos Misericordia y Piedad los unos con los otros”. 

Fue un pregón donde también hubo recuerdos a los que nos dejaron "Ruego me disculpen si omito algún nombre, cuando les digo que en los últimos meses han ido hacia la Casa de Hermandad eterna, la Casa del Padre, los cofrades Javier Moreno; Francisco Tamayo; Carlos Vez García; Manuel Girón; Antonio Rivera; Rafael (Faluco) Ibáñez; José Manuel Caro; José María Castañeda; Luis Castillo Muñoz, 'Luichi'; Cristóbal del Águila; Manuel Moreno Cruceira y Eduardo Olmo". Pero no se quedó ahí, porque la gran ausencia de este año, destacada también en el besamanos de la Virgen de la Salud, con la gubia de plata de Alfonso Berraquero a sus pies, dice mucho sobre la triste pérdida del escultor isleño.  "Alfonso tenía un carácter y una forma de ser que lo hacían único e irrepetible. Vivía en la calle Bonifaz, en una casa de puertas abiertas. En su patio tenían lugar tertulias espontáneas, sobre todo en las noches de verano, durante las cuales no faltaban las risas e imperaba ante todo la sinceridad de Alfonso y su hospitalidad", manifestó.

El posicionamiento contra el aborto y la asistencia a las familias necesitadas, discapacitados o personas maltratadas, defendiendo la vida humana desde el momento de la concepción o la importancia de la mùsica, también tuvieron hueco en el pregón. Un anuncio de la llegada de la Semana Santa que no olvidó la obra social de las hermandades, a veces tan desconocidas por la sociedad. Así, el pregonero mencionó "por ejemplo, que Medinaceli colabora con Prolibertas en la asistencia a presos en centros penitenciarios de la Provincia, o con la donación de órganos mediante su campaña Lágrimas de vida; que la Oración del Huerto promueve acciones para donar sangre; que Desamparados entrega la mitad de sus ingresos corrientes a obras de caridad; que el Perdón organiza la campaña de material escolar para niños sin recursos de la Parroquia; que mi Hermandad de Afligidos colabora con la institución Red Madre; que Humildad y Paciencia favorece a Upace; que echándose kilos encima, la Hermandad de la Caridad realiza ensayos solidarios con la cuadrilla de cargadores; que Gran Poder mantiene su iniciativa «ningún niño pobre en mi barrio»; que Santo Entierro recopila calcetines para el Pan Nuestro; que Ecce Homo lleva a cabo la gestión de gafas graduadas para los niños sin recursos; y así podríamos seguir durante unos cuantos minutos más".

Y el pregón de los sentidos. Ese que tuvo el tacto de bolas de cera, el sabor de roscos de Semana Santa, el olfato del incienso, el oído de marchas a piano, o por la Banda Sinfónica de San Fernando, y la vista del escenario o de los vídeos proyectados, finalizó con un gran abrazo del pregonero al público, con Jesús de los Afligidos y la Virgen de la Amargura presentes.

El público en pie, despidió con un fuerte aplauso al pregonero, antes de que la Banda Sinfónica de San Fernando interpretara el himno de Andalucía y el himno nacional.

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