Estados Unidos ha dificultado las negociaciones sobre el comercio mundial en la reunión de los países del G20, las cuales se encuentran ahora paradas, si bien ha considerado el encuentro "increíblemente productivo" y "espera trabajar de forma más estrecha en el futuro".
La reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 en la ciudad germana de Baden Baden, bajo la presidencia de Alemania, concluyó hoy con el compromiso de "fortalecer la contribución del comercio a las economías", así como de no manipular los tipos de cambio de las divisas para tener ventajas competitivas en este ámbito.
A diferencia de otras reuniones del G20, cuyos países representan el 80 % del comercio mundial, esta vez no se condenó el proteccionismo económico.
El secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, dijo al respecto que "lo que estaba en anteriores comunicados del G20 no es necesariamente importante ahora" y pidió que no se lea demasiado en el lenguaje del comunicado, aunque posteriormente reconoció que el texto debe reflejar las discusiones mantenidas.
Mnuchin también señaló, en una rueda de prensa posterior a la reunión de ministros, que es necesario corregir los desequilibrios globales en el comercio en los casos que se produzcan, tras ser preguntado por el superávit comercial de Alemania.
Pese a todo, Mnuchin calificó la reunión de "increíblemente productiva" y dijo que se van con confianza.
También afirmó que "Estados Unidos cree en el comercio; en el comercio libre, justo y equilibrado".
"Queremos una situación de ganar a ganar, en la que lo que es bueno para nosotros es bueno para otros", añadió el secretario del Tesoro estadounidense.
Por su parte, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, reconoció que las negociaciones fueron muy difíciles y que en cierto sentido se encuentran congeladas, pero consideró que también se abre la puerta para futuras conversaciones.
Schäuble, anfitrión del encuentro, explicó que para el comunicado final se había llegado a ciertas formulaciones que, aunque no son demasiado concretas, muestran el compromiso común con un comercio justo, como pide Estados Unidos.
"Hemos llegado a formulaciones con las que no se avanza mucho, pero que muestran nuestro compromiso con un comercio justo y con la no manipulación de los tipos de cambio", declaró Schäuble.
El presidente del Bundesbank (banco central de Alemania), Jens Weidmann, consideró que "hay compromiso con los mercados abiertos, pero no hay consenso sobre el desarrollo que deben tener las relaciones comerciales".
Los países del G20 -organismo informal que se reunió por primera vez en 1999- se comprometen a trabajar "para fortalecer la contribución del comercio a nuestras economías", así como para "reducir la desigualdad" en el objetivo de crecimiento económico.
En el comunicado que resume las conclusiones de las negociaciones en Baden Baden, el G20 mantiene los compromisos adquiridos hasta ahora respecto a los tipos de cambio para abstenerse de realizar devaluaciones a fin de impulsar la competitividad.
Tampoco dirigirán los tipos de cambio de las divisas con fines competitivos.
Los miembros del G20 también se comprometen a "calibrar cuidadosamente y comunicar claramente nuestras acciones de política macroeconómica y estructurales para reducir la incertidumbre política , minimizar contagios negativos y promover la transparencia".
"Estamos trabajando para fortalecer la contribución del comercio a nuestras economías. Nos esforzaremos en reducir los desequilibrios globales excesivos, promover una inclusión y justicia mayor y reducir la desigualdad en nuestra persecución de crecimiento económico", añade la nota.
También quieren profundizar y ampliar la cooperación económica y financiera internacional con países africanos.
Reiteran su compromiso de apoyar la implementación y finalización de los acuerdos sobre la reforma del sector financiero y no aumentar las exigencias de capital a los bancos para cubrir posiciones de riesgo.
El G20 se convirtió en un foro para la cooperación económica y financiera multilateral tras la crisis financiera de 2008 y 2009, pero ahora parece que la nueva Administración estadounidense da prioridad a los acuerdos bilaterales.