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Trump sigue escéptico sobre la supuesta injerencia electoral de Rusia

El presidente electo puso en duda las afirmaciones de los servicios de inteligencia que acusan a Rusia de haber interferido en el proceso electoral

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  • Trump -

El presidente electo de EE.UU., Donald Trump, mantuvo hoy su escepticismo sobre la participación de Rusia en los ataques cibernéticos ocurridos durante las pasadas elecciones presidenciales, que el magnate ganó.

En declaraciones a la prensa a las puertas de su club Mar-a-Lago, en el sur de Florida, donde Trump pasa estas fiestas navideñas, el presidente electo puso en duda las afirmaciones de los servicios de inteligencia que acusan a Rusia de haber interferido en el proceso electoral.

"Bueno, sólo quiero que (los servicios de inteligencia) estén seguros, porque es un cargo bastante serio, y quiero que estén seguros", dijo Trump.

Calificó de "injustas" las especulaciones, pues "'hackear' es algo muy difícil de demostrar", y recordó el "desastre" que supuso la "equivocación" de las agencias de inteligencia al afirmar que el expresidente de Irak, Sadam Husein, poseía armas de destrucción masiva, lo que llevó a EE.UU. a invadir el país en 2003.

"Creo que es injusto si no lo sabemos (el autor del ciberataque), pues podría ser alguien más. También sé cosas que otras personas no saben, así que no podemos estar seguros", dijo.

Cuestionado sobre esta última afirmación, Trump dijo que desvelará los detalles el próximo "martes o miércoles".

Obama anunció esta semana represalias contra Rusia en forma de sanciones económicas contra organismos de espionaje, individuos y empresas de seguridad informática, además de la expulsión de 35 diplomáticos, por sus presuntos ataques cibernéticos.

Ante esta decisión de Obama, Putin optó por abstenerse de responder a EE.UU. con contramedidas a las sanciones adoptadas por la Casa Blanca, medida que fue aplaudida por Trump.

El magnate neoyorquino dijo hoy que la ciberseguridad será un tema "realmente importante" durante su mandato, pues ningún "ordenador es seguro".

En este último día del año, Trump quiso rebajar la tensión de los últimos días entre Putin y Obama, así como la que pueda surgir con China si el futuro presidente cumple su promesa electoral de combatir las prácticas comerciales del gigante asiático.

"Ojalá tengamos grandes relaciones con muchos países, entre ellos Rusia y China", dijo el republicano antes de entrar a la gala de Año Nuevo, donde acudió con su esposa, Melania.

Antes de eso, y cuestionado sobre si se reunirá con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, que hará escala en EE.UU. en la primera quincena de enero a la ida y vuelta de su gira por Centroamérica, Trump dejó la puerta abierta a esa posibilidad.

Sin embargo, dejó claro que el encuentro debería ser después de que llegue a la Casa Blanca el próximo 20 de enero, pues antes sería "algo inapropiado" desde el punto de vista protocolario.

Tsai desencadenó la iras de China con una llamada a Trump el pasado 2 de diciembre, y un encuentro entre ambos podría tensar las relaciones con Pekín, que pidió en vano a Washington que no permitiese esta escala, como hasta ahora se ha acostumbrado con los presidentes taiwaneses en ocasiones similares.

También en materia internacional, Trump reiteró su apoyo a Israel, país al que hay que "proteger", y calificó de "muy injusta" la intervención de esta semana del secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, al no defender la actuación de su tradicional aliado en la zona.

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