El PP y el PSOE son partidarios de que Convergència (CDC) cuente con grupo propio en el Congreso pese a no cumplir con los requisitos que establece el Reglamento de la Cámara para organizarse de forma autónoma, pero se muestran contrarios a facilitárselo a las confluencias territoriales de Podemos.
El Reglamento del Congreso, en su artículo 23, contempla dos vías para poder crear un grupo parlamentario. La más directa es obtener al menos 15 escaños en las elecciones generales, pero quienes no lleguen a ese umbral tiene una fórmula: haber logrado al menos cinco diputados y, además, aglutinar el 5% de los votos a nivel nacional o bien un 15% en aquellas circunscripciones en las que se presentaron.
En las elecciones del pasado 26 de junio, los independentistas catalanes sumaron ocho escaños pero no consiguieron el 15% de los votos en las cuatro provincias catalanas. Ni tan siquiera lograron ese porcentaje en el conjunto de Cataluña, uno de los argumentos que esgrimieron PP y el PSOE en la Mesa del Congreso para permitirles formar grupo.
Con este escenario, Convergència se veía abocada, por primera vez en la reciente historia democrática, a no contar con voz propia en Madrid, y, por tanto, a tener que integrarse en el Grupo Mixto, dejando de percibir los cerca de 42.000 euros mensuales que recibirán si logran mantenerse como grupo.
Ante este panorama, desde CDC comenzaron a tantear a los dos grupos mayoritarios para explorar las posibilidades de tener grupo propio mostrándose desde el principio confiados en que así será.
REQUISITOS PARA TENER GRUPO
Para poder cumplir con lo que marca el Reglamento del Congreso CDC debía recurrir al préstamo de diputados bien para llegar a los 15 necesarios o bien para alcanzar el porcentaje que se requiere a los que han sumado entre cinco y 14 escaños.
En cualquier caso, tanto el PP como el PSOE se muestran dispuestos a que sus representantes en la Mesa de la Cámara Baja hagan una interpretación laxa del Reglamento incidiendo en que CDC obtuvo ocho diputados y restando importancia a las décimas que le hacen falta para llegar al 15% en las circunscripciones de Barcelona y Tarragona, según han confirmado a Europa Press fuentes parlamentarias.
Pero, además, apoyándose en que, según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, es el órgano rector del Congreso de los Diputados el que debe interpretar el Reglamento en la organización de la Cámara Baja.
En el Senado, CDC también ve disposición de todos los partidos de la Cámara para facilitar que su formación logre constituirse como grupo parlamentario y, de hecho, el PP le ha trasladado que vería "muy extraño" que terminasen en el Mixto, según avanzó a Europa Press su portavoz en la Cámara Alta, Josep Lluís Cleries.
Convergència necesita la colaboración de otros partidos para sumar seis senadores a los cuatro que tiene. El Reglamento del Senado exige llegar a diez para inscribir un grupo, pero permite que esos senadores prestados pueden después volver a su formación de origen. Esta ida y vuelta de parlamentarios tendrá que repetirse al inicio y al final de cada periodo de sesiones.
SERÍA "INCOMPRENSIBLE", DICE EN COMÚ
Menos suerte parece que va a correr la pretensión de las confluencias gallega, catalana y valenciana con las que Unidos Podemos concurrió a las elecciones de tener tres grupos parlamentarios diferenciados del de Pablo Iglesias, porque de nuevo el PP y el PSOE se van a oponer a que cuenten con cuatro voces diferenciadas en el Congreso.
Tras los comicios del 20 de diciembre, En Comú y En Marea trataron de constituirse como tal, pero ante el rechazo que esa demanda suscitó en los representantes de PP, PSOE y Ciudadanos en la Mesa de la Cámara ni siquiera llegaron a registrarlo formalmente.
Según alegaban tanto los partidos mayoritarios como los de Albert Rivera, atendiendo a lo que fija el Reglamento del Congreso, no podían formar cuatro grupos parlamentarios formaciones que no han competido entre sí en los comicios, como era el caso.
Sí registró un grupo propio la confluencia valenciana de Compromís Podem, pero de manera simbólica porque de antemano sabían que su demanda no iba a tener éxito, como así fue. En su caso, los cuatro diputados de Compromís se integraron en el Grupo Mixto. Su idea para esta legislatura es la misma en caso de obtener la misma respuesta del órgano de gobierno del Congreso.
Desde En Comú Podem su portavoz, Xavier Domènech, apuntó esta semana que sería "incomprensible" que CDC finalmente contara con grupo propio sin cumplir los requisitos y ellos, que, según defienden, sí los cumplen, no.
De hecho, teniendo en cuenta lo sucedido en enero, En Comú se presentó como partido político con una coalición instrumental con Barcelona En Comú, ICV, EUiA y Podem, una fórmula jurídica con la que buscaban blindar el grupo en el Congreso. Es más, la coalición de Unidos Podemos, conformada por IU y Podemos, ya especificó en la Junta Electoral Central su compromiso de no presentarse en Cataluña.
Sin embargo, todo apunta a que esa estrategia tampoco le servirá.
El episodio de los grupos parlamentarios deberá quedar resuelto en los cinco días posteriores a la constitución del nuevo Congreso, es decir, antes del 26 de julio, aunque la Mesa de la Cámara podría decidir ampliar ese plazo.
VENTAJAS DE TENER GRUPO PARLAMENTARIO
Tener grupo propio supone grandes ventajas políticas, económicas y de medios. Quien lo constituye tiene garantizada su representación en todas las comisiones parlamentarias, en la Diputación Permanente y voz propia en la Junta de Portavoces y capacidad para intervenir en todos los debates en igualdad de condiciones; mientras que dentro del Grupo Mixto hay que repartirse tiempos de intervención y asientos en las comisiones.
En las sesiones de control, tener grupo propio posibilita entrar en los cupos de preguntas e interpelaciones al Gobierno, así como ventajas a la hora de incluir sus proposiciones no de ley en los plenos, pero en el Grupo Mixto todo ese 'pedazo de tarta' debe distribuirse a partes iguales.
En el plano económico, por ejemplo, durante la anterior legislatura las fuerzas políticas que se constituyeron en grupo recibieron en el Congreso una subvención fija de 28.597,08 euros mensuales y otra variable, en función del número de diputados componían el grupo, que ascendía a unos 1.645,49 euros mensuales por escaño. El sistema en el Senado es idéntico, aunque varían las cantidades.
Además, sólo habiendo conseguido grupo parlamentario propio se puede acceder al cobro de las subvenciones por envío gratuito de propaganda electoral durante la campaña. Y las ventajas se prolongan para las siguientes elecciones, porque los que ahora lo consigan tendrán opción a presencia en los futuros debates electorales y planes de cobertura informativa de los medios públicos.