Italia y EE.UU. presiden hoy una conferencia internacional en Viena sobre la estabilización de Libia y la amenaza que supone la expansión del grupo terrorista Estado Islámico (EI) a pocos centenares de kilómetros de las costas de Europa.
A la reunión asistirán los ministros de Asuntos Exteriores y altos representantes de una veintena de países occidentales y árabes, así como la ONU y la Unión Europea, según la radio pública austríaca ORF.
"Se necesita un esfuerzo común para ayudar al proceso de llevar estabilidad a Libia", explicó a la prensa antes de la conferencia el jefe de la diplomacia italiana Paolo Gentiloni.
La reunión, que comenzará sobre las 11.00 GMT, está presidida por Estados Unidos e Italia, expotencia colonial de Libia que ha visto en las últimas fechas un aumento de la afluencia de inmigrantes desde la nación norteafricana.
Libia se hundió en una espiral de violencia desde el derrocamiento en 2011, con apoyo de la OTAN, del veterano dictador Muamar al Gadafi.
En la "Conferencia para la estabilidad" se abordará "el apoyo internacional al nuevo Gobierno de unidad nacional" libio, "con un énfasis en la seguridad", precisó el Departamento de Estado de Estados Unidos en un comunicado.
El gabinete de unidad libio estará representado por el presidente del Consejo Presidencial designado por la ONU, Mohamad Fayez al Serraj, que desde marzo intenta asentar su autoridad.
Pocos días después de la última reunión internacional sobre el país árabe, celebrada en diciembre pasado en Roma, representantes de los dos parlamentos rivales -el Congreso de los Diputados en Tobruk (reconocido internacionalmente) y el Congreso Nacional General (CNG), el "parlamento rebelde" de Trípoli, firmaron en Sjirat (Marruecos) un acuerdo de paz.
El pacto supuso la formación del gobierno de unidad destinado a acabar con la dualidad institucional y los conflictos armados entre diversas milicias, así como para frenar el avance del EI, que amplía sus influencias en la región costera de Sirte.
Aunque carece aún de la legitimidad popular e institucional que debe darle el Parlamento de Tobruk, Al Serraj llegó con su equipo furtivamente a fines de marzo a Trípoli, donde mantiene su sede en una base naval.
Desde entonces, Libia tiene tres gobiernos enfrentados: uno en Trípoli considerado rebelde, otro en Tobruk apoyado por el Parlamento reconocido por la comunidad internacional y el tercero es el ya citado, de "unidad nacional", que ninguno de los otros dos reconoce y que apoyan la ONU y la mayor parte de las potencias mundiales.
De esta situación de desgobierno han sacado provecho grupos radicales como el EI, que en el último año ha ampliado el territorio bajo su control e incluso establecido un nuevo bastión en la costa del Mediterráneo, o Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).
La expansión de estos yihadistas en Libia supone una gran preocupación para Europa, dada su cercanía geográfica y la riqueza petrolera de Libia.
El objetivo de pacificar y estabilizar el país es además clave en la crisis de refugiados, pues la Unión Europea necesita un interlocutor fiable en la lucha contra el tráfico de personas.
Por otro lado, tras la conferencia sobre Libia, se reúnen también en Viena los presidentes de Armenia, Serge Sargsián, y Azerbaiyán, Ilham Alíev, para reanudar las negociaciones de paz en el conflicto de Nagorno Karabaj, cuya soberanía enfrenta a esos dos países desde 1988.
Se espera que al encuentro bajo el auspicio de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) asistan Kerry y los ministros de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, y Francia, Jean-Marc Ayrault.