En sus seis primeros meses de funcionamiento -comenzó el pasado mes de octubre-, este novedoso servicio ha atendido a más de 300 pacientes que se han beneficiado de esta unidad especializada y pionera en Málaga y en Andalucía, cuyo objetivo principal es la canalización de las vías venosas de tratamientos de larga duración y especiales.
Su centro de operaciones se sitúa en el denominado hospital de día del departamento de Medicina Interna. En esta sala se encuentra el ecógrafo, “los pies y las manos” de estas enfermeras a la hora de proceder a su colocación correcta mediante técnicas ecoguiadas.
Juana y Nuria son muy meticulosas en su trabajo. Gorros, mascarillas y las máximas condiciones de higiene. Para la colocación de estos dispositivos, acondicionan esta habitación con todas las garantías de seguridad. “Se prepara todo como si estuviéramos en un quirófano, totalmente aséptico”.
Fernández apunta que esta nueva unidad “mejora los cuidados que precisa el capital venoso de los pacientes y evita así el agotamiento vascular de enfermos que necesitan tratamientos especiales o de larga duración para catéteres que pueden funcionar entre 4-6 semanas, además de otros más específicos que pueden utilizarse hasta durante un año”.
Este servicio, que pronto comenzará a funcionar próximamente en el Hospital Regional, está especialmente indicado para aquellos pacientes con tratamientos antibióticos de larga duración, alimentos parenterales y otros específicos que requieren vías de línea media y vías centrales de acceso periférico.
Seguimiento
Son los “ángeles de las venas”. Así se las conoce en el Hospital Virgen de la Victoria. Los pacientes están “contentísimos”, porque “no existe casi ninguna complicación en la implantación de estos catéteres y las infecciones se reducen a lo mínimo”, observan.
Las flebitis y los hematomas por los continuos pinchazos han pasado a la historia -señalan-, además que estas vías canalizadas permite a los pacientes “movilidad y confort”, lo que nos hace “sentirnos muy satisfechas”.
Juana y Nuria llevan el seguimiento diario tras la colocación de estos dispositivos. Atienden a una media de veinte enfermos al día que se encuentran encamados. Y es que la aplicación de esta técnica intravenosa permite además realizar los numerosos controles analíticos que precisan habitualmente estos pacientes.