El Papa ha mantenido una reunión privada con varias víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes de la Iglesia, según ha anunciado el propio Francisco, que además ha asegurado que los culpables "rendirán cuentas".
"Los crímenes y pecados de los abusos sexuales a menores no pueden ser mantenidos en secreto me comprometo a la celosa vigilancia de la Iglesia para proteger a los menores y prometo que todos los responsables rendirán cuentas", ha asegurado el pontífice.
Y ha añadido: "Llevo grabado en mi corazón las historias de los menores que fueron abusados sexualmente por sacerdotes. Continua abrumándome la vergüenza de que personas que tenía a su cargo el tierno cuidado de esos pequeños, les violaran y les causaran graves daños. Lo lamento profundamente. Dios llora".
Así ha detallado que "los supervivientes de abusos se han convertido en verdaderos heraldos de esperanza y ministros de misericordia".
"Humildemente les debemos a ellos y a sus familias nuestra gratitud por su inmenso valor para hacer brillar la luz de Cristo sobre el mal del abusos sexual de menores", ha concluido.
Durante su discurso, el Papa ha lamentado "la soledad radical" a la que se ven sometidas tantas personas que corren detrás de un like o tratan de aumentar el número de followers en cualquiera de las redes sociales, pero al mismo tiempo tienen aversión al matrimonio y a la familia.
Ante más de 300 obispos reunidos en la Capilla de San Carlos Borromeo en Filadelfia, el Papa ha impulsado a "aunar fuerzas y relanzar el entusiasmo para que se formen familias" y ha advertido de la "trampa" que conlleva pensar que los jóvenes no se casan "en términos de puro y simple egoísmo".
En este sentido ha llamado a los sacerdotes a emplear las energías invitando con franqueza a los jóvenes "a que sean audaces y elijan el matrimonio y la familia" y no gastándolas "en explicar una y otra vez los defectos de la época actual y los méritos del cristianismo".
Así ha reflexionado sobre el "miedo al compromiso" imperante en la cultura disuasiva que hace que los jóvenes no sigan "los impulsos más hermosos, más altos y también más necesarios" y los cambien por una "búsqueda desenfrenada por sentirse reconocido".
"¿Acaso todos los jóvenes de nuestra época se han vuelto irremediablemente tímidos, débiles, inconsistentes? No caigamos en la trampa", ha alertado. Así ha analizado que hay muchos que retrasan el matrimonio en espera de unas condiciones de bienestar ideales, pero que mientras tanto "la vida se consume sin sabor".
"¿Debemos condenar a nuestros jóvenes por haber crecido en esta sociedad? ¿Debemos anatematizarlos por vivir en este mundo? ¿Deben ellos escuchar de sus pastores frases como: Todo pasado fue mejor, El mundo es un desastre y, si esto sigue así, no sabemos a dónde vamos a parar?", ha inquirido.
Acto seguido ha respondido que el camino que deben emprender los pastores pasa por acompañar, levantar y curar las heridas "sin demoras, sin asco y sin miedo".
Por otro lado, el Papa ha lamentado que el mundo se haya convertido en un gran centro comercial donde se estimula a las personas a entrar en la dinámica de no ligarse a nada ni a nadie. "Lo importante hoy lo determina el consumo. Consumir relaciones, consumir amistades, consumir religiones, consumir, consumir... No importa el costo ni las consecuencias. Un consumo que no genera vínculos, un consumo que va más allá de las relaciones humanas", ha lamentado.
En este sentido, ha señalado que cuando los vínculos son un "mero trámite" en la satisfacción de las necesidades, lo importante deja de ser el prójimo y esta conducta genera una "cultura que descarta" según los gustos del consumidor, creando finalmente "una herida grande" en la sociedad.
El pontífice ha subrayado además que la familia es el "lugar fundamental" de la alianza de la Iglesia con la creación de Dios y ha señalado que sin ella, "la Iglesia no existiría".
Finalmente ha invitado a los obispos que participan en Encuentro por las Familias a preguntarse si en ministerio pastoral saben 'perder el tiempo con las familias'. "El buen pastor renuncia a unos afectos familiares propios para dedicar todas sus fuerzas, y la gracia de su llamada especial, a la bendición evangélica de los afectos del hombre y la mujer, que encarnan el designio de Dios, empezando por aquellos que están perdidos, abandonados, heridos, devastados, desalentados y privados de su dignidad", ha concluido.
Según ha precisado el Vaticano en un comunicado de prensa, "el Papa se ha reunido con cinco adultos- 3 mujeres y 2 hombres- que sufrieron abusos sexuales por parte de sacerdotes cuando eran menores de edad" durante aproximadamente dos horas y media.
Además ha detallado que durante el encuentro con el pontífice, "cada uno estaba acompañado por un familiar o una persona de apoyo".
Durante el encuentro además estaban presentes el arzobispo de Filadelfia, mons. Charles Chaput, el presidente de la Comisión instituida por el Santo Padre para la tutela de menores, cardenal Seán Patrick O'Malley, y el obispo de Fitzgerald, responsable de la diócesis para la protección de menores.
"El Papa ha escuchado sus testimonios, les ha dirigido algunas palabras y después los ha saludado uno a uno. Ha rezado con ellos. Ha expresado su sufrimiento, su dolor y vergüenza, en particular en el caso de sus heridas provocadas por miembros del clero o colaboradores eclesiales. Ha renovado su compromiso y el de la Iglesia para que todas las víctimas sean escuchadas y tratadas con justicia, para que los culpables sean castigados y los crímenes de abusos sean combatidos con una eficaz obra de prevención en la Iglesia y en la sociedad. El Papa ha agradecido su contribución esencial para restablecer la verdad", ha explicado el Vaticano