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El exjefe de Inteligencia de Burundi muere por el ataque de un proyectil

"Acabo de perder a un hermano, a un compañero de lucha. Triste realidad: el general Adolphe Nshimirimana ya no está en este mundo"

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El exjefe de Inteligencia de Burundi Adolphe Nshimirimana murió hoy después de que su vehículo fuera atacado con un proyectil en la capital de Burundi, Buyumbura, confirmaron fuentes gubernamentales y testigos.

"Acabo de perder a un hermano, a un compañero de lucha. Triste realidad: el general Adolphe Nshimirimana ya no está en este mundo", lamentó el portavoz presidencial Willy Nyamitwe en su cuenta de Twitter.

"El vehículo del general Adolphe Nshimirimana fue atacado con un misil, de acuerdo con los primeros datos, sobre las 8:30 horas (6:30 horas GMT)", informó la emisora local Radio Isanganiro.

Nshimirimana, hombre de confianza del presidente, Pierre Nkurunziza, ha muerto apenas una semana después de que el mandatario burundés haya sido reelegido finalmente para un tercer mandato de cinco años, aspiración que fue muy contestada en las calles del país por ir en contra de la Constitución.

La camioneta de Nshimirimana se encontraba aparcada y custodiada por hombres fuertemente armados y uniformados cuando fue alcanzada por el proyectil.

Los vecinos de la zona, próxima al hospital Roi Khaled, permanecen encerrados en sus casas, relataron testigos a la radio local.

El militar era uno de los hombres más próximos a Nkurunziza, quien llegó a encargarle personalmente la ejecución de tres monjas italianas en septiembre de 2014, según informaciones reveladas por la emisora local Radio Publique Africaine (RPA), cuyo director fue detenido posteriormente.

En unos comicios que la comunidad internacional no considera creíbles, Nkurunziza se ha afianzado en la Presidencia del país excediendo, además, el número de mandatos previstos en la Constitución burundesa, un máximo de dos.

Las elecciones presidenciales se celebraron en medio de una gran tensión por la oleada de violencia que se desató después de que Nkurunziza anunciara su intención de aspirar a la reelección, en contra de la oposición y potencias regionales y extranjeras.

Las revueltas populares que comenzaron a finales de abril para protestar contra los planes de Nkurunziza de perpetuarse en el poder han costado ya la vida de más de 80 personas, e incluso hubo un intento de golpe de estado a mediados de mayo.

Más de 160.000 personas han huido de Burundi por miedo a la represión política y han buscado refugio en Ruanda, Tanzania y la República Democrática del Congo, según datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

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