Ha bebido de los grandes y en sus conciertos puede disfrutarse del poso que dejaron en él Bob Dylan, Lou Red o Leonard Cohen y otros más cercanos como José Ignacio Lapido o Albert Pla. Sin embargo, Julio Demonio, demostró el pasado viernes en el concierto que ofreció en la plaza de San Ildefonso, que su música tiene ya un sello propio, el de Julio Ángel García Aparicio, un ‘Demonio’ que sonó celestial ante la puerta de la Basílica Menor de San Ildefonso, en una actividad más del programa ‘Jaén Genunio’ que impulsa VIVA JAÉN con el patrocinio de la Diputación Provincial, el Ayuntamiento de Jaén, la Junta de Andalucía, la Caja Rural y la colaboración de Gráficas La Paz y Zoco Word. En esta ocasión hay que agradecer también el apoyo de dos establecimientos hosteleros de la zona, La Clásica y San Ildefonso. Si en sus inicios Springsteen confesaba que quería hacer un álbum en el que contara historias como las de Dylan (y lo hizo con ‘Born to run’), Julio Demonio recoge ese testigo, pero como hijo de una cultura más antigua que la americana, que se remonta a la época de los trovadores y juglares que recorrían los pueblos contando las historias del pueblo. Y es que la forma de Julio Demonio es el rock and roll, pero el fondo es el del músico que cuenta historias, que quiere comunicarse con un público, atípico en esta ocasión en este tipo de conciertos, para contar lo que le pasa al vecino, al compañero, a los amantes.
Y así, acompañado de sus armónicas y su guitarra, cuan juglar del siglo XXI, glosó la cotidianidad de estos días revueltos que caminan por el filo salvaje de la vida y los cantos rodados del nuevo tiempo tan anunciado, tan esperado. Sonaron clásicos como 'Uno imagina' o 'La trampa de la hormiga león', y algunos temas del que será su próximo trabajo ‘Carvernarios’ y volvió a rebelarse como uno de los mejores letristas de esta ciudad, como el contador de historias que siempre quiso ser; que es, de hecho: Julio Demonio.
