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Campo de Gibraltar

Delfines del Estrecho de Gibraltar acumulan contaminantes nocivos para salud

Según un estudio dirigido por el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA), centro del CSIC con sede en Barcelona

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Delfines del Golfo de Cádiz y del estrecho de Gibraltar acumulan contaminantes nocivos en su organismo, en concreto restos de productos retardantes de llama, según un estudio dirigido por el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA), centro del CSIC con sede en Barcelona.

En la investigación, publicada en la revista científica "Environmental Pollution" y en la que han colaborado Loro Parque Fundación y CEPSA, los biólogos han analizado muestras de 67 delfines del sur del Mediterráneo.

En los delfines, los científicos han encontrado retardantes de llama, tanto los clásicos PBDE, actualmente prohibidos, como los nuevos retardantes de llama, los decloranos.

Los retardantes de llama son compuestos usados ampliamente en la industria y que se añaden a todo tipo de productos, como ropa, aparatos electrónicos, mobiliario o tapicerías para reducir su inflamabilidad.

Según los científicos, los productos retardantes de llamas son contaminantes muy persistentes en el medio ambiente, que se acumulan en los organismos y que pueden tener efectos nocivos sobre los organismos y las personas.

El trabajo, que también ha contado con la participación de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) y del grupo CIRCE (Conservación, Información y Estudio sobre Cetáceos), ha revelado que tres especies de cetáceos, el delfín común, el calderón y el delfín mular, con diferentes áreas de distribución y costumbres de alimentación, acumulan y "biomagnifican" los retardantes de llama.

El estudio demuestra que los cetáceos que están en la parte más elevada de la cadena trófica (cadena alimentaria), acumulan mayores niveles de estos contaminantes, según ha explicado la investigadora del CSIC Ethel Eljarrat, coordinadora del estudio.

"La biomagnificación supone que las concentraciones contaminantes son mayores en los organismos que están en niveles más altos de la cadena trófica porque ingieren y acumulan en su organismo los contaminantes de sus presas", ha dicho Eljarrat.

"Nuestro trabajo -ha agregado la científica- demuestra que existe una relación directa entre niveles tróficos más elevados y mayores concentraciones de retardantes de llama. Y lo más interesante es que la biomagnificación se da tanto para los clásicos y hoy prohibidos PBDE, como para sus sustitutos, los decloranos".

Los delfines analizados en este estudio ocupan posiciones diferentes en la cadena trófica: el delfín mular, en la posición más elevada, es precisamente el que tiene mayores concentraciones de estos contaminantes.

"En casi el 20 % de las muestras analizadas, encontramos valores más grandes que los límites establecidos, por ejemplo, para focas, por encima de los que se observan efectos de disrupción endocrina, concretamente en la hormona tiroidea", ha detallado Renaud de Stephan, coautor del estudio e investigador de CIRCE.

"Esto indica -según Stephan- que estos contaminantes son un problema serio para los animales que se encuentran en los niveles superiores de las cadenas tróficas, como es el caso de los delfines y los humanos".

El estudio también demuestra que, a pesar de su prohibición en Europa en 2004, los antiguos retardantes de llama siguen presentes en el medio ambiente y que los alternativos, los decloranos, son igual de persistentes que los primeros.

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