Un preso logró fugarse el día de Navidad de la cárcel madrileña de Valdemoro cuando estaba siendo trasladado al hospital después de una pelea en la que había participado contra otros internos de la prisión. Tras forcejear con el conductor de la ambulancia consiguió escapar, pero fue detenido horas después, según informa el sindicato de prisiones Acaip.
Según esta versión, el recluso había protagonizado una pelea con objetos punzantes en el módulo 7 de la prisión a primera hora de la mañana. En la reyerta le rompieron la ceja de varios puñetazos y también le hicieron varias contusiones en la cabeza. Fue atendido en la enfermería del centro penitenciario, manifestando que estaba perdiendo visión en el ojo, entre otros síntomas.
Ante la duda de que pudiera tener algo más grave, fue enviado al hospital por los servicios médicos, con la intención de realizarle pruebas diagnósticas. El centro penitenciario solicitó una ambulancia para su traslado y una escolta de la Guardia Civil. De camino al hospital, el preso presuntamente herido, consiguió acceder a la cabina del conductor de la ambulancia e intentó tirarlo por la puerta.
En el forcejeo le causó lesiones en una mano al conductor y finalmente consiguió parar la ambulancia y salir por la puerta del copiloto. La escolta que iba detrás de la ambulancia no pudo detenerle porque el preso saltó por un puente de más de cuatro metros de alto, en las proximidades del polígono industrial de Villaverde, a la altura del polígono Marconi, en la zona de los cuarteles, perdiéndole de vista en ese mismo instante.
Según Acaip, la Policía Nacional montó un operativo de búsqueda en la zona, dando sus frutos horas más tarde. Curiosamente fue la Policía Militar quien le detuvo en la zona de los cuarteles, entregándole a las fuerzas de seguridad del Estado.
SOSPECHAS DE LOS FUNCIONARIOS
Los funcionarios del centro penitenciario sospechan de que todo estuviese planeado con anterioridad. Ya notaron cierta tensión entre los presos del módulo 7 durante la Nochebuena. Los trabajadores de la cárcel consiguieron arrebatarles un "pincho carcelario" a uno de los grupos enfrentados, entre los que se encontraba el fugado. Las diferencias se solventaron a la mañana siguiente con la citada pelea en la que se incautó otro "pincho carcelario".
Las dudas entre los profesionales del centro surgieron cuando se percataron de que el interno fugado había solicitado anular una comunicación vis a vis con su familia para el día de Navidad. Si bien, pudo ser una mera coincidencia, tienen la duda de que todo fue un montaje, pelea y agresión incluida, para preparar la fuga y añaden que el interno tiene un largo historial delictivo de atentados a la autoridad, agresión a funcionario de prisiones o conducción temeraria.