La nada se manifestó en el Nuevo Zorrilla, pues el Betis no supo meterle mano a un Valladolid que le puso al partido más intensidad y ocasiones. Muy pobre el juego de los verdiblancos que perdieron una buena oportunidad de asaltar el liderato. Una vez más se volvió a demostrar que sin los goles de Rubén Castro, no hay paraíso.
Apostó Velázquez por reforzar el centro del campo hasta con cinco futbolistas sacrificando un delantero en ataque dejando sólo a Rubén Castro en zona ofensiva. El cuadro vallisoletano, con tres exsevillistas y un exbético en el once inicial, presentó sobre el césped un equipo aguerrido.
Un partido de poder a poder donde se respiraba el respeto por parte de sendas escuadras. Primero Óscar y luego Cejudo, probaron suerte desde fuera del área en los primeros minutos de juego.
Pocas ocasiones y juego interrumpido que sólo la magia de Rubén Castro rompía y como muestra, el cabezazo en el minuto 19 que Javi Varas acertó a desviar a córner. Incluso la ayuda arbitral llegó cuando el Valladolid se aproximó con más peligro, pues el colegiado del choque erró al no pitar un claro penalti de Adán sobre Bergdich que pudo significar la expulsión del portero amén de la pena máxima.
Seguidamente, Óscar Díaz tuvo la suya nuevamente con un disparo con la pierna derecha tras un lío de Jordi Figueras que a punto estuvo de costarle caro a los verdiblancos. El ariete blanquivioleta tuvo antes del descanso una tercera oportunidad de jugada individual cuyo tiro en área pequeña se encontró con la mano salvadora de Adán una vez más en el partido.
Misma puesta en escena en la segunda mitad, con un Betis timorato y los locales, creando más sensación de peligro y con más empaque sobre el terreno de juego.
La prácticamente nula presencia arriba del cuadro bético obligó a Velázquez a tocar piezas y meter en el campo a Jorge Molina y Dani Pacheco y más tarde, al canterano Dani Ceballos.
Sin embargo, nada mejoraron los cambios introducidos por el técnico salmantino para un equipo falto de ideas y absolutamente plano contra un adversario que al menos empujaba aunque sin ocasiones para certificar una victoria que buscó pero no encontró. Tablas en Zorrilla sin goles y un punto más.