El seísmo, que fue de 5,8 grados en la escala de Richter, tuvo su epicentro a pocos kilómetros de la L'Aquila y provocó graves daños humanos y materiales en esta ciudad y en numerosas localidades de su provincia, como Santo Stefano di Sessanio, Villa Sant'Angelo, Paganica, San Demetrio, Fossa y Poggio Picenze.
Según los datos oficiales ofrecidos esta tarde por el director de la Protección Civil, Guido Bertolaso, las víctimas mortales sobrepasarían las 70 personas, mientras que los heridos serían unos 1.500, aunque estas cifras están "destinadas a crecer" a medida que avancen las tareas de rescate, lamentó.
En cuanto a las personas que se han quedado sin casa, son ya más de 50.000, de las que unas 4.000 podrán ser alojadas en hoteles y albergues del centro de Italia. Además, las autoridades están organizando campamentos y recintos de acogida provisionales cerca de las zonas afectadas.
Bertolaso ofreció estas informaciones durante la rueda de prensa en la que también participó el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, que aseguró que el Estado "no dejará solo a nadie".
Según reportan los medios italianos, justo cuando se estaba desarrollando la rueda de prensa, en la escuela de inspectores de la Guardia de Finanzas de L'Aquila, el terreno volvió a sufrir una pequeña sacudida, parecida a las otras que se han advertido en la zona después del terremoto.
Protección Civil ha pedido a los habitantes de las casas que han sufrido daños que no vuelvan a ellas, ni siquiera para recoger sus pertenencias, ya sea para evitar que se produzcan nuevos derrumbes como para no obstaculizar las tareas de rescate que se están llevando a cabo en las zonas afectadas.
Por lo que respecta a los hospitales, muchos de los heridos han tenido que ser trasladados a centros sanitarios de otras localidades e incluso otras regiones. Algunos de ellos han decidido dirigirse a ellos por sus propios medios al comprobar la penosa situación en que se encuentra la ciudad de L'Aquila.
Por su parte, el presidente de la región de Abruzzo, Gianni Chiodi, que esta mañana había lanzado un llamamiento a los ciudadanos para que acudieran a los hospitales a donar sangre, explicó que esto ya no será necesario gracias a la solidaridad demostrada por tantas personas en las primeras horas de la tragedia.