La asociación ANDAD y el resto de entidades federadas en ENLACE animan al Gobierno y a los distintos Grupos Parlamentarios a que den un giro al Proyecto de reforma del Código Penal y aprueben un texto legal que favorezca las penas y medidas alternativas a la prisión para la población drogodependiente, porque actuar sobre las causas del delito reduce los problemas de delincuencia menor asociados a las adicciones.
Este jueves 26 de junio, Día Internacional de Lucha contra el Tráfico Ilícito de Drogas, numerosas organizaciones ciudadanas realizarán actos en más de 80 países del mundo para reivindicar a los gobiernos una política de drogas no represiva que apueste por los derechos humanos.
ANDAD y el resto de entidades que forman la Federación Andaluza ENLACE se suman a esta campaña internacional centrando sus reivindicaciones en los efectos negativos que puede tener para las personas con problemas de drogodependencias la reforma del Código Penal, a punto de ser aprobada por las cámaras legislativas.
Desde la Federación Andaluza se apuesta por las alternativas a la prisión de contenido resocializador, por su rentabilidad social, al evitar la reincidencia, y su rentabilidad económica, al implicar menores costes.
Por ello anima a los responsables políticos a conocer y asumir sus propuestas al Proyecto de Reforma del Código Penal, basadas en su experiencia de más de 20 años trabajando en el ámbito de las adicciones y la exclusión social.
En 2013, ENLACE y sus 108 entidades socias atendieron a unas 30.000 personas con problemas de adicciones, el 26% mujeres.
Un 30% de estas personas tienen entre 26 y 44 años mientras que otro 30% son menores de 16 años. Casi la mitad sólo cuenta con estudios primarios (42%) y la gran mayoría están estudiando (32%) o en paro (32%).
El 24% presenta enfermedades asociadas y el 30% tiene problemas penales. La droga principal de consumo sigue siendo la heroína (14%), seguida de la cocaína (11%) y el alcohol (10%). Ya empieza a notarse el incremento de las adicciones sin sustancia (1%).
Por otro lado, es significativo que el 50% de las mujeres atendidas lo sea por su adicción a los psicofármacos.
