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Ronda

La fe se renueva cada año para los rocieros rondeños

La Hermandad del Rocío de Ronda está desde ayer en la aldea de Almonte, habiéndose presentado a última hora de la tarde ante la Blanca Paloma. Han sido cinco intensos días de camino

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  • Bienvenida en Villamanrique -

La Hermandad del Rocío de Ronda ya se encuentra en la Aldea de Almonte, adonde llegó ayer viernes y ya realizó su presentación ante la Blanca Paloma a última hora de la tarde. Ese año, nuevamente, dicha presentación tuvo lugar, como en el resto de casos de las filiales más jóvenes, en la jornada del viernes, cuando hoy lo harán el grueso de hermandades. Este 2014 se cumplen 26 años desde la primera peregrinación de Ronda al Rocío.

La comitiva rondeña hacia el Rocío, con más 130 romeros y una quincena de carriolas, abandonó Ronda el pasado lunes. Y si emotiva fue la peregrinación por las calles de Ronda, con la alegría de iniciar un camino que acabaría estando lleno de momentos emotivos, no menos reluciente han sido otros muchos de los momentos vividos a lo largo de todas esas etapas que hicieron llegar ayer viernes a la aldea almonteña a los rocieros de nuestra ciudad.

El camino, que no por repetirse cada año deja de estar lleno de emociones. El martes, los romeros ya habían cruzado a primera hora de mañana, pasadas las diez y media, el río Guadalquivir, en barcaza, como es tradicional. Llegar a Coria, como ocurre cada año, provoca no pocas emociones entre los rocieros, que este año volvieron a encontrarse con la patrona de este pueblo sevillano, la Virgen de la Estrella, ante la que se produjo una breve liturgia en presencia de todos los hermanos que realizan el camino. Hubo una ofrenda a la Virgen. Y Sevilla, provincia de calor, marcó la temperatura que acompañaría la comitiva durante toda la semana, “este año sin tanto frío, y sin lluvias”, señaló a propósito del buen tiempo a ONDALUZ RONDA el hermano mayor.

Al día siguiente, otro gran momento para la hermandad, que cruzó el vado del Quema, teniendo lugar en el famoso río los tradicionales bautizos rocieros.

Pasado el mediodía, pasadas las tres, se producía ese momento: “Está todo milimetrado, porque no puede fallar nada. Una vez en este camino, hay que ir cumpliendo con los tiempos establecidos porque mucha gente viene detrás nuestra”, apuntaba uno de los hermanos.

El bautizo de rocieros es cada año, especialmente, una renovación de la devoción de estos romeros, una especie de rito iniciático en pleno camino a la aldea de Almonte. Algún hermano recibió las aguas por primera vez este año; suele ocurrir siempre, por muchas caras conocidas que haya en la comitiva rociera.

Ya en la tarde del miércoles, la hermandad alcanzó Villamanrique, ese pueblo que da la más calurosa bienvenida a todos los rocieros. Emoción sin límites frente a la Iglesia; la familia Cubiles, los boyeros que acompañan a la Hermandad, quienes prestos prepararon a los mansos en la mañana del lunes ante Santa María, tienen ante sí el principal de los retos del camino, por dificultad pero sobre todo por emoción. Y el pequeño de la familia cumplió con creces este año con la encomienda. La emoción difícilmente pudo contenerse cuando el Simpecado se asomó a las mismas puertas de la Iglesia Parroquial de la localidad sevillana, sobre sus mismas escaleras.

A última hora de la tarde de ayer, tras cruzarse antes el Ajolí, Ronda se presentó ante la Virgen. No había aún caído el día cuando se revivió uno de los momentos más emotivos del camino, aquel que reúne en la aldea a otros muchos rondeños que acuden sólo este día para acompañar a los hermanos que marcharon de Ronda a principios de semana. Ahora sólo se espera el salto de los almonteños. Y la visita de la Virgen a la casa de Ronda.

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