La policía francesa inició hoy el desmantelamiento de tres campamentos de inmigrantes indocumentados en los alrededores del puerto de Calais (noroeste), que acogían desde hace varias semanas a cerca de 650 personas.
Los antidisturbios llegaron al lugar poco antes de las 08.00 hora local (06.00 GMT), donde les esperaban numerosos inmigrantes, periodistas y trabajadores humanitarios de organizaciones no gubernamentales (ONG) como Médicos del Mundo, que denuncian la falta de un plan alternativo tras el desalojo.
La operación está justificada a nivel oficial para erradicar una epidemia de sarna que ha afectado a unas 150 personas y cuyo tratamiento, según los medios, se inició anoche.
Entre los inmigrantes había sirios, iraníes y afganos, que habían llegado al lugar en un intento por cruzar clandestinamente al Reino Unido.
Diez asociaciones humanitarias enviaron ayer una carta al primer ministro, Manuel Valls, y a los titulares de Interior, Bernard Cazeneuve, y Asuntos Sociales, Marisol Touraine, para denunciar e intentar prevenir esta expulsión.
"He solicitado que se tomen todas las precauciones sanitarias", indicó Cazeneuve este martes, en unas declaraciones que no convencieron a las ONG, para quienes la necesidad de un seguimiento en el tratamiento contra la sarna no es compatible con la falta de control sobre ese colectivo tras el desmantelamiento.