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Jaén

San Lucas está para comérsela

La atención y la calidad del producto se mira también en Feria y los jienenses no quieren salir de las casetas con mal sabor de boca. Les apetece probar los platos típicos, acompañarlos con una bebida y terminar con una copa para brindar por una buena Feria de San Lucas.

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A los jienenses les gusta comer bien y si es por la Feria de San Lucas aún más. De ahí que la oferta gastronómica sea cada año más amplia en el recinto ferial, ya que en el casco antiguo se mantienen las cartas e incluso se amplía estos días.

La atención y la calidad del producto se mira también en Feria y los jienenses no quieren salir de las casetas con mal sabor de boca. Les apetece probar los platos típicos, acompañarlos con una bebida y terminar con una copa para brindar por una buena Feria de San Lucas.

Siempre se han mirado los precios, pero este año aún más. Los jienenses gestionan su presupuesto de Feria, que en algunos casos se estira pero no llega para comer todos los días en el recinto ferial.

De ahí que una vez que se deciden a almorzar o cenar lo hagan con la garantía de salir satisfechos.
Según el presidente de la Asociación de Caseteros de Jaén, Manuel Bueno, los precios se intentan establecer para que sean populares, pero cada empresario se encarga de estipular el coste de cada ración o plato de comida. Los más tradicionales optan por las carnes a la brasa (chorizo, morcilla, costillas), los platos de patatas a lo pobre con huevo, carne y pimiento; y nunca faltan las paelleras para apartar platos de arroz a degustar entre amigos, compañeros y familias.

Lo más barato es el pincho, con un coste que oscila entre los 2,5 euros y los 3 euros, seguido de los bocadillos, que raramente superan los cuatro euros. Para los bolsillos de los jóvenes, junto a los kebab, son los menús más demandados.

Un plato de paella cuesta cuatro euros y las raciones tienen un coste medio de nueve euros. Éstas pueden ser de carnes y pescado frito como los boquerones, chocos, el adobo y el bacalao; además del queso y el jamón. Quienes tienen un paladar más exigente pueden tomar un variado de paté por 10 euros, ensalada de pimientos del piquillo por 7 euros, tomate con caballa por 6 euros o gambas por 12 euros.

Los precios son más populares y pueden disminuir hasta en dos euros en las casetas gestionadas por colectivos sociales y cofradías. Concretamente, en la de Síndrome de Down los platos de chorizo cuestan 5 euros, frente a los 8 euros que valen en las casetas gestionadas por empresarios hosteleros.

En cuanto a las copas, el precio ronda entre los cinco y seis euros, dependiendo del tipo de vaso que el cliente demande, aunque el personal de las casetas entregan descuentos de hasta un 20% en las consumiciones u ofertan un café y una copa por cuatro euros.

El sector asegura que la permisibilidad del botellón perjudica su facturación.

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