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Córdoba

El hermano del ganadero de Rute dice que "le habían robado" en la finca días antes

Agentes policiales aseguran que el procesado "hablaba en plural", que "había más de una persona" en el interior de la parcela

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El hermano del ganadero acusado de asesinar a un varón, de origen marroquí, que entró en su finca de Rute (Córdoba) supuestamente para robar, ha manifestado ante el juez que su hermano le había dicho "muchas veces" que "le habían robado" en la parcela días antes de los hechos, y que no conocía a la víctima, ni tampoco le consta que su hermano lo conociera.

   En su declaración en la sala de vista de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Córdoba, el hermano del procesado ha detallado que la noche de autos estaba "lloviendo mucho" y en la finca solo había un foco de la nave, a lo que ha añadido que tras producirse los hechos su hermano le llamó por teléfono y le dijo que "habían entrado gente" en la parcela y que llamó a la Guardia Civil, si bien no le entendió si "le habían pegado" o que él hubiera disparado.

   Mientras, agentes policiales que acudieron al campo han asegurado que el procesado "hablaba en plural", que "había más de una persona" en el interior de la parcela, y cuando llegaron, tras alertarles el propio acusado, éste estaba "muy preocupado" y "muy nervioso", al tiempo que "se entregó" a los agentes e hizo lo que le dijeron, y aunque ni le preguntaron por qué le había disparado al hombre, ni él se lo contó en ese momento, sí señaló a los agentes que "le habían robado muchas veces" y que "se quedaba a dormir para vigilar" en la finca.

   Además, tras precisar que en la finca "había poca luz", uno de los agentes ha relatado que el procesado dijo que "había disparado y creía que le había dado a alguien", mientras tanto se lamentaba manifestando "lo he matado, lo he matado". Por su parte, otro agente ha explicado en la sala que desde el interior de la casa se veía "con mucha dificultad" el corral, en el que falleció el hombre, a lo que apostilla que para ver bien el cadáver "hacían falta linternas".

   Mientras tanto, el juicio con jurado está previsto que continúe este miércoles con más declaraciones de peritos y testigos. El acusado, para el que la Fiscalía Provincial solicita una pena de un total de ocho años de prisión, con la atenuante de confesión y eximente incompleta de legítima defensa por un delito de asesinato, ha reconocido ante el juez, como ya hizo en su primera declaración, que le pegó a dos tiros al hombre, pero en ese momento era preso de "la ansiedad" y "el estrés", lo que le llevó, a su juicio, a disparar.

   El ganadero ha destacado que temió por su vida cuando observó "al menos tres siluetas" en el corral de la finca después de escuchar algunos ruidos de animales, motivo por el que estaba en un estado de "tensión muy grande" y no supo reaccionar porque le daban "escalofríos", según el relato del procesado, quien comenta que ante esta situación se fue a donde tenía su escopeta y posteriormente disparó al hombre.

   En concreto, a principios de verano del año 2010, el acusado, conocido en la localidad de Rute, debido a problemas matrimoniales se trasladó a vivir solo a su explotación ganadera en el paraje del Pinar del citado municipio, según recoge la calificación del Ministerio Público, que detalla que sobre las 21,00 horas del día 27 de noviembre de 2010, el procesado se encontraba en el interior de la finca, cuando oyó el ladrido de los perros y el alboroto de las cabras de su propiedad, momento en el que cogió su escopeta de caza, la cargó con dos cartuchos y se dirigió a la sala de ordeño.

   Una vez allí, se asomó a la ventana y vio en el corral descubierto que da a dicha sala a un ciudadano marroquí, de 36 años de edad, el cual había entrado en su propiedad, probablemente saltando la valla que circunda la finca y supuestamente para sustraer algún animal, no quedando acreditado que fuera acompañado de más personas, según la fiscal.

   Ante ello, "con la intención de acabar con la vida" del hombre, "cuando éste se encontraba a menos de cuatro metros de distancia y desde el interior de la nave, hallándose el acusado en una posición más elevada, efectuó dos disparos sobre el cuerpo" del varón, "alcanzándole uno en el costado derecho y otro en la parte baja de la espalda, cayendo éste desplomado al suelo".

"SIMULAR QUE HABÍA SIDO VÍCTIMA DE UN ATAQUE"

   Según el relato de la fiscal, el acusado, antes de dar aviso de lo ocurrido, se agarró al marco de la ventana desde la que había efectuado los disparos, llegando a romper el marco y el cristal de dicha ventana, que cayeron al suelo, para seguidamente colocar debajo de la citada ventana unos cascotes de hormigón rotos, todo ello para "simular que había sido víctima de un ataque". Tras lo sucedido, ya sobre las 21,20 horas, el procesado llamó por teléfono para contar lo acaecido a la Policía Local, seguidamente llamó a su hermano y más tarde a la Guardia Civil.

   Cuando el procesado llamó a la Policía Local de Rute, cogió el teléfono un agente que conocía al acusado por ser del pueblo, a quien le dijo que "le había pegado a uno dos tiros y que no sabía si lo había matado y que él estaba encerrado en la nave cabreriza".

   Al llegar los agentes a la explotación comprobaron que la misma estaba cerrada con un candado, pero que se abría tirando del mismo, y accedieron a su interior, hasta que llegaron a la altura de las naves, instante en el que llamaron a gritos al acusado, quien abrió la puerta de la nave en la que estaba encerrado y salió portando en sus manos la escopeta con la que momentos antes había disparado al ciudadano marroquí.

   Posteriormente, los agentes haciendo uso de linternas y tras saltar una valla metálica de unos 80 centímetros de altura, accedieron al corral, en cuyo suelo se encontraba tirado el hombre, que "no les respondía ni se movía", por lo que un agente dio aviso a los servicios sanitarios y al médico forense, que confirmó el fallecimiento del hombre. Mientras, agentes de la Guardia Civil detuvieron al acusado, quien el 29 de noviembre de 2010, dos días después, quedó en libertad provisional.

   En el momento de los hechos, la víctima tenía en una mano una pequeña navaja abierta y llevaba oculta entre la manga del jersey un cartón de vino de un litro casi vacío, arrojando un resultado positivo de 2,46 gramos de alcohol por litro de sangre, y días antes de "su muerte violenta", agrega el fiscal, se trasladó con un conocido a Rute, donde pasó varias noches en una cochera y solía ser visto, "a veces bebido", en el parque de dicha localidad en la que suelen reunirse los ciudadanos marroquíes que buscan trabajo.

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