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Jaén

Triste tarde sin ‘Los Estudiantes’

Un Lunes Santo más, la llovizna dejó en el templo de la Merced al cristo del Bambú y a Nuestra Señora de las Lágrimas. Y a Jaén sin la bella imagen en sus calles

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  • Costalero afligido. -

Recoge ya desde hace algunos años el acervo popular el dicho: “Estudiantes y Amargura, lluvia segura”.  Y ayer volvió a cumplirse. La tarde del Lunes Santo no fue de bravas tormentas ni de copiosos chaparrones. Bastó la llovizna para que la cofradía de ‘Los Estudiantes’ no realizase su estación de penitencia. Jaén se quedó sin ver la que con toda seguridad hubiera sido una de las estampas más bellas de la Semana de Pasión de este año:  el paso del Cristo de las Misericordias y de Nuestra Señora de las Lágrimas, con el sol ya vencido, por la calle Maestra y la pendiente de Madre de Dios hasta alcanzar Almendros Aguilar. Y como testigo, el Arco de San Lorenzo.  


Nuevamente, el único manto que lució el Lunes Santo de Jaén fue el del cielo anodino y gris, que, sin embargo, no impidió que cerca de un millar de jienenses custodiaran la plaza de la Merced a la espera de las acompasadas notas de la Tuna Universitaria, uno de los momentos más esperados de la Pasión jienense. 


Sin embargo, estaban mudas las bandurrias, guitarras y panderetas de la tuna dentro del templo de La Merced a la espera de la decisión de la Junta de Gobierno. Pasadas las cinco de la tarde y con más esperanza y fé que certeza, se tomó la decisión de esperar tres cuartos de hora para comprobar la evolución del tiempo. Al mismo compás que se sucedían las oraciones a las veneradas imágenes, la delgada lluvia mojaba el claustro de la iglesia y el convento de La Merced. Afuera la resignación era ya palmaria.


Los minutos caían pesados como verdugos que esperasen la pena capital de los reos. Y ellos, el Cristo del Bambú, obra anónima fechada entre 1570 y 1575, y la imagen de Juan Martínez Cerrillo (1936-1938), Nuestra Señora de las Lágrimas, parecían buscar con sus sombras la puerta del templo. Cerca de las seis de la tarde la Junta de Gobierno comunicó la decisión. El hermano mayor, Vicente Izquierdo Cañada, anunció que se suspendía la estación de penitencia.


Quizá las predicciones que se barajaban desde hacía días hicieron que la noticia fuera recibida con más sobriedad que en otras ocasiones. Con la decepción y la pena ahogadas en el interior sin que apenas afloraran lágrimas, hermanos de luz, costaleros, tunos, músicos y Junta de Gobierno participaron de un viacrucis sentido y emocionado recordando las 14 estaciones del camino del Nazareno hacia el Calvario. De este modo, Jaén volvió a quedarse sin una de sus procesiones más queridas y sin una de las salidas más bellas de la Semana de Pasión jienense. Una vez más, la lluvia arrebató al cristo del Bambú y Nuestra Señora de las Lágrimas que sus costaleros mecieran su dolor con las saetas de Juan Casas y con los alegres acordes de la Tuna Universitaria. Se lo arrebató a ellos y se lo arrebató a todo Jaén.

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