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Huelva

Se precisan voluntarios para un 'chirigotón', pero no llamen que ya están todos

Grandioso pase de preliminares de la chirigota de Punta Umbría 'Los voluntarios', con una representación muy bien cantada y con un altísimo componente humorístico

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  • Los voluntarios -

Divino tesoro

Juventud divino tesoro en la jungla ciudadana de la actualidad. Una reflexión sobre las miserias y defectos de la juventud actual para el primer pasodoble. Musicalmente muy bonito. Despacito, acabando abajo y vocalizando a la perfección. La violencia de género en una conversación directa con la abuela asesinada, con la que se ha hecho justicia, para el segundo. Bonita letra. El deseo soberanista catalán y una caída adrede de un componente como cuplé de 'máxima actualidad' (algún componente de primera línea no se ha aprendido la letra). "Seré una fiera con el que quiera callar mi voz", frase de cierre del estribillo. Un popurrí cargado de sentido e implicación en la letra para dejar claro que la juventud tiene que tomar la palabra. Digna actuación.

Los hermanos Rodríguez

El puesto de hamburguesas más famoso de Huelva (y parte del extranjero) queda inmortalizado para siempre. Teatral presentación con puntos buenos y cercanos para poner en escena a los personajes que rulan cada mañana alrededor del famoso puesto. Homenaje al autor carnavalero onubense Antonio Cabezas en el primer pasodoble. Hacen tipo. El puesto se llena en las tres ventanas. La tragedia del Madrid Arena, para el segundo pasodoble. Un simpatiquísimo estribillo refrenda dos buenos cuplés. Popurrí altamente chirigotero, con una gran cantidad de pamplinas carnavaleras para describir diferentes situaciones alrededor de un puesto de hamburguesas que ha quedado inmortalizado para siempre con esta chirigota de Punta Umbría.

Los ilusionistas

Un poco de ilusión y magia no viene nada mal en estos tiempos. Y menos con una puesta en escena tan cuidada como la de esta comparsa de Ayamonte. Bella presentación. Con el grupo de Cayuela llegó el temple. Qué música más bella de pasodobles. El primero, el piropo a la provincia de Huelva es para el público y la afición onubense. En el segundo, los recortes. Letra bien estructurada y la musicalidad (no es por ser pesao) es elegantísima. Grande. En los cuplés crece el ritmo musical, cerrando con un estribillo alegre y casi chirigotero. Popurrí. Carga crítica, poesía y palabras llenas de sentido para un mágico fin de fiesta. Ovación del Gran Teatro.

El bando del sur

Un bando de altos vuelos. Rítmica presentación con aires flamencos en lo musical dejando un bello canto a la libertad en la presentación. Bonito tipo. "Sólo queda que nos robe la dignidad y la persona..." Así empieza un primer pasodoble valiente, directo, perfectamente llevado en lo musical y en el juego de voces, y en el que pegan un fuerte tirón de orejas al modo casi dictatorial del actual Gobierno. Fuerza. Sor María (ya fallecida) centra la temática del segundo pasodoble. "Ya te quedarás rezando de claúsula en el infierno". Grandes letras. Los recortes en la agrupación (son 12, el mínimo permitido) y las redes sociales, en los cuplés, refrendados con un estribillo de directas indirectas... "Tó los pájaros comen trigos y las culpas pa el gorrión". Popurrí. Música bien cuidada en un desafiante vuelo en busca de la libertad. Bien.

Los voluntarios

Una chirigota pa lo que haga falta. Un grupo de 'bienquedas' que en la presentación dejan una simpatiquísima propuesta. El regreso de esta agrupación al Carnaval sirve para piropear a una fiesta de la que forman una parte muy importante. Letra que une (para el que quiera tomar nota). Esta gente canta tela. Los controvertidos rescates a la banca, en el segundo pasodoble. Insisto. Esta gente canta tela. Dos buenísimos cuplés con un estribillo de lo más chirigotero: "Yo voy, yo voy, yo voy, que hasta yo lo hago mejor que Rajoy". Mucho ojo con esta chirigota. En el popurrí, todas las posibilidades que  hay de ser voluntario en una divertidísima representación. Y con un respeto al tipo sobresaliente. Chirigotón.

La guerra del hambre

Los parados toman el escenario. Pasodobles cargados de buenas intenciones, pero demasiado marcados por los desajustes musicales y de afinación, y un verso algo débil. Pues el resto de la actuación, igual. Mejor dejarlo así.

 

 

 

 

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