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Cádiz

Salvador Muñoz, presidente de la Unión de Comerciantes: “Todo no se arregla con el turismo de cruceros”

Se avecinan tiempos aún más difíciles para el comercio gaditano. Si a la alta tasa de paro, se le suma la suspensión de la paga extra a los funcionarios, la campaña navideña se presenta bastante difícil y con escasas expectativas para el sector.

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  • Salvador Muñoz, presidente de la Unión de Comerciantes de Cádiz

Apesar de que el viento corre en contra, los comerciantes de Cádiz siguen remando en una misma dirección para intentar sobrevivir en medio de la tempestad. El presidente de la Unión de Comerciantes de Cádiz se muestra preocupado por el elevado número de negocios que han tenido que cerrar sus puertas y ahora lucha con todas sus fuerzas para que lo que queda no se lo lleve la marea.

¿Cuál es la situación actual del comercio en Cádiz?
—La situación es bastante crítica porque desde 2007 llevamos arrastrando importantes pérdidas. Las  asociaciones de comerciantes coincidimos en que hemos perdido un 40 por ciento de las ventas anuales, pero lo que más nos preocupa es la campaña de Navidad porque nuestro principal cliente es el funcionario, y se le ha quitado la paga extra. Creemos que va a ser una mala campaña y nos trae de cabeza. Estamos estudiando la posibilidad de llevar a cabo acciones conjuntas entre las tres entidades comerciales, Cádiz Centro Club de Calidad, Cádiz XXI y la Unión de Comerciantes.

¿Os preocupa que el alumbrado navideño de este año vaya a ser más pobre?
—La verdad es que no. Es más, creemos que es lo lógico. Las arcas no están para gastarse 500.000 euros en eso. Evidentemente, todos queremos que nuestras calles estén iluminadas, pero no es posible, y menos en estos momentos. Es más, creo que el recorte por este concepto debería de haber sido aún más drástico.

¿Qué peticiones le llegan de los asociados?
—Estamos inmersos en una crisis profunda y por ello lo que más nos preocupa es seguir tirando con nuestros negocios. Hasta hace un par de años me llegan quejas puntuales relacionadas con la falta de aparcamiento, calles cortadas por obras, cargas y descargas incontroladas, árboles sin podar, asuntos relacionados con la recogida de basura y la limpieza, pero dadas las circunstancias las prioridades han cambiado y ya vamos a lo básico, que es simple y llanamente mantener nuestros comercios abiertos.

Han expresado en reiteradas ocasiones la competencia desleal que está surgiendo con esta crisis tan brutal y con tanto desempleo…
—Ese es otro tema que nos preocupa bastante. Durante los fines de semana es fácil ver furgonetas vendiendo pescado, frutas, melones, y hasta tapiceros ambulantes, etc. Creemos que el Ayuntamiento debería prestar más atención a estos temas porque nos están haciendo bastante daño. La venta ambulante del Paseo Marítimo no es necesaria, porque lo que venden muchas veces son artículos que realmente no se pueden poner a disposición del público, porque así se acordó hace cinco años con el Ayuntamiento. Nos preocupa la venta ambulante legal y la ilegal, porque hay mucha y es insostenible.

Nos llama la atención que no ha mencionado a las tiendas de los chinos dentro de esa competencia desleal que usted ha señalado
—Nosotros siempre hemos sido muy críticos con este tipo de comercios, pero no estamos sistemáticamente en contra de los chinos. Lo que sí pedimos a todos los que abran un comercio, con independencia de la nacionalidad del propietario o responsable, es que jueguen con las mismas reglas que nosotros. La Ley del Comercio fija una serie de horas semanales de apertura de negocios que la mayoría de los chinos no respetan. La Administración debería ejercer un mayor control porque un bar no puede ser bar y panadería, ni en una misma tienda se puede vender pan y detergente. 

El comercio autóctono se está adaptando cada vez más a la forma de trabajar de los chinos, en precio sobre todo…
—Es cierto que muchos comercios han ido bajando los precios, a costa de reducir beneficios, para ajustarnos a los establecimientos multiprecio. Es verdad que poco a poco vamos aprendiendo as que nos tenemos que adaptar a su forma de vender, salvando el tema de los horarios, porque en nuestra cultura impera el derecho al descanso, y queremos descansar, porque hay que trabajar para vivir, pero no vivir para trabajar. Por ejemplo, hoy en día ya hay muchos comercios que venden con los mismos precios que el mercadillo con la diferencia de que el cliente está comprando en un comercio, lo que ofrece garantía y calidad.

¿Se está planteando alguna iniciativa para activar el comercio en la campaña de Navidad?
—La Delegación Municipal de Comercio ya se ha puesto en contacto con nosotros para preguntarnos qué vamos a hacer. La campaña va a ser difícil y dura porque los comerciantes estamos dedicando mucho más tiempo al negocio propio y eso nos deja poco margen para pensar en iniciativas. No obstante, estamos barajando varias posibilidades e incluso emprender acciones conjuntas entre las asociaciones de comerciantes para dar una imagen de ciudad y de conjunto. Lo importante es animar al público a que venga a nuestros comercios. Nuestro cliente potencial es el ciudadano de la Bahía, por eso será una campaña menos vista en Cádiz capital y más centrada en el resto de municipios de la Bahía.

¿Cómo afecta al comercio que la población de Cádiz sea cada vez más mayor?
—Nos está afectando muchísimo y, sobre todo, al casco histórico. Cádiz es una ciudad comercial muy antigua. El comerciante intenta que los clientes estén contentos, y los atiende turísticamente incluso, indicándole donde pueden tapear o qué pueden visitar. Somos conscientes de que tenemos muchas críticas por la cuestión de los horarios de apertura de los establecimientos. Ya hemos hecho varios estudios y hemos permanecido abiertos varios días en las jornadas con más cruceristas en la ciudad, y no ha servido para nada, porque no deja beneficios. Estamos totalmente en desacuerdo con el presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz y con el concejal de Turismo en este tema. Un crucerista no deja 60 euros de media en un comercio, como mucho gastan 3 euros y les invito a que sigan a los cruceristas un día y lo comprueben por ellos mismos. El turismo de crucero no es la panacea. Abrir un comercio entre las 2 y las 6 de la tarde tiene un coste de entre 36 y 60 euros por empleado, y no es rentable, porque ingresamos mucho menos de esa cantidad. Ojalá fuera como dicen los políticos, estaríamos muy contentos y encantados de mantener la tienda abierta. Desde luego, el turista que más cuidamos y que más nos conviene es el de pernoctación, porque hace vida en la ciudad y gasta en la ciudad, y a ese turista es al que tenemos que empezar a dedicarnos; todo no se arregla con el turismo de cruceros.

¿Cómo está afectando la subida del IVA?
—El 90% de los negocios hemos asumido esta espectacular subida del IVA como nuestra para que el cliente no lo note, y eso lo estamos notando en los beneficios, evidentemente. Más adelante podremos hacer un balance más aproximado de la situación, apenas llevamos dos meses con el nuevo IVA.

Según un estudio del Directorio Central de Empresas, el 50% de los negocios de la provincia no tienen asalariados. Esto es fatal para el empleo, ¿cuál es su valoración?
—La crisis ha conllevado que muchos comercios tengan que despedir gente. Un trabajador en el comercio está rondando los 1.500 y 1.700 euros mensuales de gasto, y en estos momentos es una cantidad inalcanzable para muchos comerciantes. Lo que sí estamos observando es que hay muchos negocios que antes eran regentados por el matrimonio y ahora tienen contratada a una persona. Creo que es porque poco a poco nos hemos ido dando cuenta de que no podemos estar todo el día viviendo para el negocio.

¿El comercio se ha beneficiado del Bicentenario?
—Creo que ha beneficiado más a la hostelería que al comercio. La celebración ha pasado un poco de puntillas para nosotros y la verdad es que nos hemos sentido defraudados con las administraciones porque todos los proyectos que prometieron se han quedado pendientes. Seguramente, los comerciantes tampoco hemos estado a la altura de las circunstancias; tal vez, tendríamos que haber hecho algo más, pero inmersos en esta crisis tan acuciante es difícil meterse en una inversión para algo que no sabemos si va a funcionar. Los comerciantes no hemos notado los actos que se han celebrado en la avenida con motivo del Bicentenario. Ésa es la verdad.

¿Cuántos comercios se han cerrado en Cádiz desde el inicio de la crisis en 2008?
—Posiblemente se hayan cerrado unos 600 comercios, aunque también es cierto que se han abierto algunos, que de cualquier forma, no ha permitido reponer el alto índice de cierres. Sólo hay que darse una vuelta por la ciudad para verlo.

En numerosas ocasiones ha manifestado que le preocupa el repunte de vandalismo en las calles…
—El repunte de enero y febrero fue alarmante, pero afortunadamente parece que ya ha pasado. La época de Navidad es la que más se da al hurto. Los números de la Policía no coinciden con la realidad, porque los comerciantes no suelen denunciar, aunque nosotros como asociación recomendamos que lo hagan porque las estadísticas tienen que reflejar la realidad. Tengo que decir en este sentido que la relación de los comerciantes con la Policía Nacional es estupenda y cada vez que tenemos algún problema siempre tenemos respuesta por su parte.

Los políticos animan al autoempleo, ¿es un buen momento para abrir un negocio?
—Nosotros le decimos a todo emprendedor que quiera abrir un negocio que haga un estudio de mercado, y que se pateen muchos locales porque la espada de damocles es el precio de alquiler de los locales. Me gustaría que esos emprendedores sepan que cuentan con toda nuestra ayuda y asesoramiento. Siempre recomendamos que busquen una buena zona en función del negocio que quiera montar y que innoven en la imagen que dan al público. A mis asociados llevo años diciéndoles que se adapten a la juventud, porque es un sector que tiene dinero y que va a las grandes cadenas para comprar y eso es lo que tenemos que evitar..

¿Algún mensaje final?
—Los comerciantes tenemos que permanecer unidos. Las socios son los que nos dan la fuerza para ir a las administraciones y defender nuestras peticiones. Hemos presionado para que la Ley andaluza del Comercio cambie, se ha conseguido, y ha sido gracias a la unidad. Echamos en falta muchas cosas y hay que seguir peleando por ellas. Sólo un ejemplo, la Delegación provincial de Comercio sólo tiene un inspector para toda la provincia. Tenemos que velar por que las Administraciones estén vigilantes y hagan cumplir la Ley del Comercio y para eso estamos nosotros.

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