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San Fernando

La Junta se puede poner las botas si sanciona los símbolos franquistas

Casi el 90% de los clasificados como representativos del anterior régimen siguen en sus ubicaciones en tanto los cambios de nombre de las calles afectarían administrativamente a unos 2.500 vecinos.

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  • En la misma plaza del Rey -

¿Es un farol o va en serio? El vicepresidente de la Junta de Andalucía, Diego Valderas, anunciaba la pasada semana que la Administración autonómica está elaborando una ordenanza que podría implicar sanciones y supresión de subvenciones a aquellos ayuntamientos que no hayan retirado los símbolos franquistas, tal y como se recoge en la Ley de Memoria Histórica aprobada a finales de 2007.

De cumplirse el anuncio de Valderas, está claro que con San Fernando la Junta se iba a poner las botas. Basta con mirar el catálogo elaborado en 2008 por la comisión específica nombrada por el  Ayuntamiento sobre los elementos relacionados con la sublevación militar, la Guerra Civil y la represión de la dictadura para comprobar que el 90 por ciento de los mismos sigue estando cuatro más tarde donde mismo.

Se han retirado el escudo que existía en la fachada de Correos con la calle Dolores considerado no constitucional; la lápida dedicada a José Antonio Primo de Rivera ubicada en la fachada de la iglesia Mayor; y el escudo de la fachada del antiguo Cuartel de Instrucción de Marinería, también considerado como no constitucional.

Los que se mantienen
De los que se mantienen y el que, sin dudas, levanta más ampollas entre la opinión pública isleña es la estatua ecuestre dedicada a José Enrique de Varela. Un monumento que, según consta en el acuerdo de la junta impulsora, supone la culminación de la intención “de rendirle reconocimiento oficial y público, del cariño y admiración que San Fernando siente por él, y como tributo a sus heróicos servicios a España con motivo del glorioso Movimiento Nacional”. Así consta en Archivo Histórico Municipal.

Por otro lado, la comisión específica que elaboró el catálogo entiende que concurren en el monumento “razones artísticas” en relación con el autor del mismo, Aniceto Marinas García,  entre cuyas obras más reconocidas se encuentran el monumento a Velázquez ubicado junto al Museo del Prado, el monumento a Eloy Gonzalo Cascorro en Madrid o el monumento a Las Cortes de Cádiz de la plaza de España.

En cuanto a los escudos y lápidas vinculados a la época franquista todavía se mantienen varios, como es el caso de la que existe en la fachada principal del colegio de La Salle en la calle Real, con el que se conmemora la llegada de dicha institución a la ciudad y su labor pedagógica en diciembre de 1939, al que se califica en la misma como “Año de la Victoria”, considerándose en su momento oportuno retirar dicha referencia en virtud del espíritu de concordia que persigue la aplicación de la Ley de Memoria Histórica.

También se mantiene la lápida dedicada a los hermanos Laulhé, situada en la plaza del Rey esquina con la calle Real, que también da nombre a la calle. En la misma aparece una leyenda en la que reza que “... caídos gloriosamente al servicio de Dios y de la Patria en la Cruzada de la Liberación”, lo que a juicio de los elaboradores del informe supone una expresión que exalta la Guerra Civil.

Reseñar, por último, dentro de este apartado de escudos y lápidas, la que se puso al vicealmirante Miguel de Mier y del Río, situada en plena calle Real en mitad de los números 68 y 70. En dicha lápida aparece escrito “... que fue víctima de la horda revolucionaria”, algo que también es considerado como exaltación de la Guerra Civil.

Elementos adosados
Otra de las propuestas que recoge el catálogo es la eliminación de los azulejos que hay situado en el Hogar del Frente de Juventudes de FET y de las JONS, localizado en la calle Asturias esquina con capitán Ángel Sevillano (justo a la espalda del colegio Casal Carrillo del Parque).

Se recoge también la propuesta de retirar el adosado de la Delegación Nacional de Sindicato con yugo y flechas, hoz y martillo, que da nombre al Grupo Capitán General Varela, formado por 132 viviendas y que data de 1957, situado en la calle Moguer en una fachada lateral.

También aparece recogido un largo listado de calles con nombres de personas a las que se les vincula con la represión o la Guerra Civil Española. Entre las que quizás más suenan al ciudadano de a pie se encuentran; la calle Héroes de Baleares, a los fallecidos en marzo de 1938 en la batalla del Cabo de Palos; la calle dedicada al General García de la Herrán, que se unió al golpe de Sanjurjo en Sevilla y actuó como segundo mando de la sublevación; la calle que lleva el nombre del General Pujales, que formó parte de las primeras unidades acorazadas que marchó hacia el frente a Madrid; o la calle Hermanos Laulhé, con motivo del fallecimiento de los hermano Juan, Antonio, Carlos y Remigio Laulhé Alegret, todos ellos fallecidos en la Cruzada de la Liberación.

Otras que también aparecen reflejadas dentro del catálogo son las calles Batalla del Ebro, Hermanos Lagarde, Héroes de Simanca, General Ricardo Olivera, Almirante Francisco Moreno o Ricardo Isasi. 

Por lo tanto, ahora la pelota está en el tejado del Ayuntamiento, que es el que debe de tomar la decisión de seguir los preceptos marcados por el informe y eliminar los elementos que en él aparecen y que todavía no han sido retiradas, pese a que el documento se elaboró hace más de cuatro años. O, en caso contrario, someterse a una posible sanción por parte de la Junta de Andalucía.

En este sentido, Diego Valderas ya ha señalado esta misma semana que su departamento está llevando a cabo la redacción de un catálogo con los símbolos franquistas que todavía no han sido retirados por parte de los ayuntamientos, en lo que él mismo ha definido como “una fotografía de los incumplimientos”.

Llegados a este punto, el número dos de la Junta ha señalado que se va a apostar por la “vía del diálogo” con los ayuntamientos antes de determinarse una posible sanción, aunque defiende el camino emprendido por la Administración autonómica en base a que “las leyes están para cumplirlas. No podríamos defender los contrario”.

Un cambio de nombre causaría  ‘molestias’ a casi 2.500 vecinos

Si finalmente el Ayuntamiento acata los dictados de la Junta y procede a la retirada de los símbolos franquistas que quedan en virtud de la aplicación de la Ley de Memoria Histórica, dicha decisión podría también acarrear ciertas molestias a una población cercana a los 2.500 vecinos de San Fernando.

Esos son aproximadamente los que se verían afectados por el cambio del nombre de las calles en las que actualmente viven y que, por mor del destino, están dedicadas a personajes o hechos históricos vinculados a la represión.   

Unas molestias que pasarían, fundamentalmente, por tener que hacer numerosos cambios burocráticos en cuanto al día a día de sus viviendas. Es decir, tendrían que notificar la variación del nombre de la calle a efectos de, por ejemplo, Correos para que les lleguen las cartas o las domiciliaciones de recibos, así como las notificaciones de todo tipo, caso de las bancarias.

La calle en la que más personas se verían afectadas por una posible modificación del nombre es, sin dudas, García de la Herrán, donde se estima que viven aproximadamente 850 vecinos. Y es que cabe recordar que la citada calle comienza a la altura de Rosario y no termina hasta la misma puerta del Cementerio.

También salpicaría a bastantes personas en el caso de la calle Héroes de Baleares (enfrente de la Alameda Moreno de Guerra), ya que según los cálculos en ella habitan más de 400 vecinos.

A escalas menores
A escalas menores aparecen ya otras calles de San Fernando como son los casos de Batalla del Ebro o General Pujales, ambas por encima de los 250 vecinos; Hermanos Lagarde con algo más de 150 vecinos; o Almirante Francisco Moreno, que roza los 140.

Por debajo del centenar de vecinos se sitúan otras calles como son los casos de Hermanos Laulhé, Héroes de Simanca o Ricardo Isasi.

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