La Delegación de Salud de la Junta de Andalucía en Granada ha ordenado la inmovilización de un total de 10.000 kilos de productos cárnicos, en su mayoría embutidos, que tenían un falso etiquetado y que, pese a estar caducados a punto de caducar, eran ofrecidos por una empresa a establecimientos comerciales y restaurantes.
Según han informado a Europa Press fuentes de Salud, ninguna persona ha resultado intoxicada a consecuencia de la ingesta de estos productos, y, una vez controlado el supuesto fraude, se descarta riesgo alguno para la población.
La operación, que lleva a cabo el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, sigue abierta, pero ya ha llevado a la detención al propietario de la nave donde se almacenaban los productos, ubicada en un municipio del área metropolitana de Granada. El hombre ha quedado en libertad tras prestar declaración en la Comandancia al constatar que no existe riesgo de fuga, han informado a Europa Press fuentes del Instituto Armado.
Fue la Guardia Civil la que comunicó a la Delegación la existencia de estos productos tras su investigación, lo que llevó a la Inspección del distrito metropolitano a proceder a la inmovilización de los alimentos.
Según publica este martes el diario 'Ideal' de Granada, que avanza la noticia, el supuesto fraude consistía en adquirir a bajo precio productos a punto de caducar o ya caducados que se volvían a etiquetar con datos de envasado y caducidad falsos para posteriormente ofrecerse en establecimientos comerciales y restaurantes.