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España

Asenjo: "Los homosexuales son hijos de Dios y hermanos míos, la Iglesia los acoge y yo los tengo que querer"

El arzobispo de Sevilla cree "razonable" que se consulte al Obispado sobre la idoneidad de los pregoneros de la Semana Santa

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  • Asenjo. -
El arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, ha afirmado que "los homosexuales son hijos de Dios" y que, por tanto, "la Iglesia los acoge y los quiere acompañar".

"Son hijos de Dios y son hermanos míos, yo los tengo que querer, lo cual, no quiere decir que yo tenga necesariamente que canonizar sus hechos, que para la doctrina de la Iglesia encierran una determinada peregrinación moral", ha reflexionado tras ser preguntado por los medios de comunicación sobre las declaraciones del arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, en las que aseguró que los gays "no tienen un comportamiento adecuado para la sociedad".

Tras recordar que su colega catalán "rectificó" después de hacer pública esta afirmación, Asenjo ha indicado que la intención de Pujol "no era la de ofender a este grupo de personas de una determinada tendencia sexual" y que "solo quiso dejar clara la doctrina de la Iglesia" al respecto de este colectivo. Además, para ejemplificar esta postura eclesiástica ha contado, como anécdota, que en su etapa anterior como obispo de Córdoba "favoreció" que un cura suyo "hiciera su tesina sobre el acompañamiento de las personas homosexuales".

Preguntado también sobre el hecho de que el arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, haya cuestionado si la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, es la persona idónea para ser pregonera de la Semana Santa vallisoletana al estar casada por lo civil, Asenjo ha considerado que quizás "lo razonable" sería que, tanto el Ayuntamiento de la localidad como el Consejo de Hermandades, hubieran "consultado" al Arzobispado antes de designarla pregonera.

"El pregón de Semana Santa entraña una visión pastoral y quien tiene esa misión de enseñar es el obispo. Entonces sería razonable que el obispo fuera consultado porque él es, en definitiva, quien le da la misión canónica; y mucho más, si el pregón tiene lugar en la Catedral, que es donde está la cátedra del obispo y donde el obispo enseña como pastor de la diócesis", ha argumentado no sin recordar, igualmente, que Blázquez también ha "pedido perdón por las implicaciones personales que haya podido tener su intervención".

Al hilo de este asunto, el arzobispo de Sevilla ha subrayado que, en la capital hispalense, "también parece razonable que, aunque (el pregón) sea en el Teatro de la Maestranza, pues se consulte con el obispo" antes de elegir a un pregonero. Sobre todo, justifica, "porque precisamente la persona designada está escribiendo una misión pastoral por delegación y es bueno que tenga de alguna manera la visión católica".

REFORMA DE LAS LEYES JUDICIALES

Además de abordar estos asuntos, Juan José Asenjo también ha permitido, tras presentar la nueva revista digital de la diócesis de Sevilla, que los medios preguntaran por otros asuntos de actualidad como las reformas judiciales anunciadas anteayer por el ministro Alberto Ruiz Gallardón.

Sobre la prisión permanente revisable, el arzobispo ha dicho que no le parece mal porque, pese a que "se trata de una cuestión técnica" de la que puede "decir poco", esta medida, en definitiva, recoge "el clamor de la gente". "Tengo la impresión de que las decisiones de los poderes públicos, en este caso, del ministro y del Gobierno en general, atiende al clamor de un sector muy importante de la sociedad; entonces no me parece mal que las instancias públicas atiendan a este clamor social y que las penas sean proporcionadas a delitos especialmente cruentos o graves", ha indicado.

Respecto a la reforma de la Ley del Aborto, de la que Asenjo ha asegurado desconocer "los términos" en los que se van a producir tales modificaciones, ha reiterado la "gravedad moral" del hecho en sí y ha apuntado que "todo lo que sea aminorar la praxis del aborto, pues será bueno". No obstante, ha recordado que el Concilio Vaticano II ya lo calificó de "crimen abominable" y que la Iglesia y la Conferencia Episcopal española "siempre han afirmado que se trata de una praxis completamente reprobable" al no "salvaguardar la dignidad de toda vida y del ser humano concebido y todavía no nacido".

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