El doctor Antonio Alcaraz, jefe del servicio de Urología del Clínic, explicó este jueves en rueda de prensa que estas experiencias confirman la viabilidad de aplicar la cirugía a través del orificios naturales (conocida como NOTES) y utilizada hasta ahora para extraer órganos tumorales, en la donación de riñones en vivo para trasplante, que en el caso de las extracciones transvaginales dejan únicamente dos pequeñas cicatrices de 10 y 5 milímetros.
Esta técnica de nefrectomía para trasplante supone un avance sobre la habitual cirugía laparoscópica -y evidentemente sobre la convencional cirugía abierta- ya que los dos cortes realizados quedan escondidos en el saco vaginal, con un mínimo dolor postoperatorio, una reducida estancia en el hospital de 2 ó 3 días y sin secuelas en vida sexual y reproductiva de la mujer.
“El resultado son unas pequeñas cicatrices por las que nadie diría que esa mujer ha donado un órgano para su hijo o su esposo”, ha señalado Alcaraz, que ha apuntado que así se evitan las cicatrices de mayor tamaño (hasta seis centímetros) de las intervenciones laparoscópicas.
Para atender a donantes varones, el Clínic ha “importado” de EEUU la técnica denominada nefroctromia de puerto único, que posibilita realizar una donación de riñón en vivo por medio del ombligo, una intervención que deja una pequeña cicatriz de unos cuatro centímetros que queda casi semiescondida bajo el propio ombligo.
En el Clínic se practicó la quinta operación transumbilical para extraer un riñón, un órgano que tiene unas medidas de 12x6x4 centímetros.
Un equipo formado por integrantes del área de Urología y Uro-Oncología del Clínic, del Institut Clínic de Nefrología y Urología y de la Unidad quirúrgica de trasplante renal iniciaron esta serie de intervenciones en 2009, adaptando la técnica para extirpación de riñones tumorales.
Uno de los principales objetivos de este nuevo sistema es que el riñón donado esté con circulación el mayor tiempo posible, y se ha logrado que no supere los cinco minutos.
Alcaraz señala que las mujeres suelen ser más altruistas, puesto que dos tercios de los donantes de riñón en vida son mujeres, y el receptor suele ser un familiar, habitualmente un hijo o el marido, aunque también se han dado casos de donación entre hermanos.
El éxito de estas operaciones lo reflejaba ayer con mucho salero Concepción Giménez, una mujer que no quiso que su marido tuviera que pasar a diálisis y que no tuvo miedo al saber que iban a utilizar con ella una técnica pionera.