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AI alerta de que Misrata corre el riesgo de una grave crisis a largo plazo

Misrata, bloqueada desde hace más de dos meses por los gadafistas, aún consigue a duras penas hacer frente a las necesidades diarias.

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 Misrata, bloqueada desde hace más de dos meses por los gadafistas, aún consigue a duras penas hacer frente a las necesidades diarias, pero corre el riesgo de sufrir una grave crisis a largo plazo, aseguró este lunes a Efe Donatella Rovera, representante de Amnistía Internacional en Bengasi.

Rovera afirmó que la falta de suministro de agua y electricidad puede dar lugar a graves consecuencias a largo plazo para la población civil, como una crisis de salud pública ya que estas carencias están afectando al tratamiento de las aguas residuales.

"No hay agua corriente y los ciudadanos han empezado a usar el agua almacenada en viejos pozos, que no es potable y puede verse contaminada por las aguas fecales, ya que ahora mismo no está funcionando el sistema de depuración", explicó.

La falta de electricidad está afectando además a la conservación de los alimentos, cuando la población de Misrata ya está sufriendo la escasez de bienes de primera necesidad y productos frescos, añadió.

"Ahora se está haciendo frente a las necesidades diarias y pensando en el corto plazo, pero la situación no puede sostenerse a largo plazo y es entonces cuando aparecerán los problemas", dijo la investigadora, que pasó una semana en Misrata a finales del pasado mes de abril.

Por otra parte, Saddum al Misrati, del comité de información de Misrata, explicó en conferencia de prensa en Bengasi que la tercera ciudad de Libia y última gran ciudad bajo control rebelde en el oeste del país, tiene comida y agua para sobrevivir un mes, y combustible para unas tres semanas.

Las fuerzas del líder libio, Muamar al Gadafi, cortaron los suministros a Misrata desde el principio de las revueltas a finales de febrero y este fin de semana atacaron los depósitos de combustible, que podían haber abastecido la ciudad durante unos tres meses, según dijeron los insurgentes.

Misrati explicó que se está racionando el consumo eléctrico en la ciudad para hacer frente a la escasez, que está afectando sobre todo a los hospitales, que operan gracias a generadores eléctricos alimentados con gasolina.

La ciudad no dispone de agua corriente, pero tiene reservas para un mes más, según el portavoz.

"Todavía no hay alarma, pero podemos tener problemas si no llega la ayuda humanitaria", dijo Misrati e indicó que últimamente sólo pudo llegar a la ciudad un cargamento por semana frente a los dos o tres, e incluso cinco, que llegaban el mes pasado.

En las últimas dos semanas, la entrega de ayuda humanitaria a Misrata se ha visto muy limitada, cuando no bloqueada, debido a los ataques continuados y sistemáticos de las fuerzas de Gadafi contra el puerto, la única vía de acceso a la ciudad.

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