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El síndrome del vómito cíclico, un enigma patológico para el que no hay cura

El Síndrome del Vómito Cíclico (SVC), una enigmática dolencia catalogada como enfermedad rara para la que sólo existen cuidados paliativos.

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El Síndrome del Vómito Cíclico (SVC), una enigmática dolencia catalogada como enfermedad rara para la que sólo existen cuidados paliativos, obliga a los afectados a expulsar lo que contiene su estómago hasta en 80 ocasiones al día, a intervalos de tres o cuatro minutos.

Se trata de un trastorno gastrointestinal que constituye una patología muy estresante, sobre todo en aquellos pacientes -niños y adultos- que sufren crisis frecuentes de vómitos, ha explicado a Efe el responsable de la unidad de Gastroenterología del Hospital Materno Infantil de Málaga, Carlos Sierra.

Una de las aquejadas por esta dolencia es Paula que, aunque sólo tiene 8 años, ya sabe que no es una niña como las demás, puesto que desde hace casi tres sufre tormentas de vómitos secuenciales que se repiten aproximadamente cada 20 días.

Su día a día transcurre con absoluta normalidad: juega, come, bebe y, aparentemente, se encuentra en perfecto estado, pero de repente se desatan los ataques, normalmente de noche o al despertar.

"Al principio no sabíamos lo que le pasaba, a pesar de que nos decían que era una gripe intestinal hasta que comenzaron los vómitos de sangre, que la dejaron postrada unos días", han expresado Montserrat y José, los padres de Paula, que se derrumban al plantearse cuál será el futuro de su hija.

Para diagnosticar esta enfermedad -que debe presentar un mínimo de cinco episodios de vómitos o tres ataques durante un periodo de seis meses- es fundamental corroborar que no se acompaña de ningún trastorno metabólico ni neurológico con los que pueda confundirse, para lo que resulta necesario un examen clínico del paciente.

Como medidas de prevención contra el síndrome, cuya causa desencadenante no se conoce con exactitud, el doctor Sierra recomienda dormir lo suficiente, tener un modo de vida adecuado, evitar desajustes físicos, rehuir de las comidas copiosas y cuidar el estrés emocional.

Una vez que comienzan las crisis, es conveniente actuar "cuanto antes", ha señalado el jefe de Gastroenterología del Materno Infantil, quien también aconseja fármacos para estimular el apetito en caso de niños y antidepresivos si se trata de adultos, además de tomar hidratos de carbono y procurar estar hidratado.

La pérdida de peso es una de las consecuencias más notorias de este trastorno, como explica María, otra de las afectadas, que cuenta que, tras vomitar durante 8 o 10 días seguidos, ha llegado a perder hasta 14 kilos, aunque los consigue recuperar en poco tiempo.

Eugenio, su padre, ha aseverado que seguirá luchando para que su hija tenga un futuro real, aunque más limitado, mientras que también ha incidido en la importancia de un protocolo de asistencia en los hospitales para este tipo de enfermos.

Los progenitores de Paula y María, que se han conocido, en una entrevista con Efe, gracias a la Asociación de Padres del Síndrome del Vómito Cíclico, piden a los familiares de los afectados unificar fuerzas para encontrar soluciones, al tiempo que destacan la ayuda prestada por el doctor Ramón Tormo en Barcelona.

En Irlanda, tres de cada 100.000 niños padecen el síndrome del vómito cíclico, cuyos episodios pueden pasar a migraña cuando el paciente llega a la edad adulta, pero en España no se conoce con precisión la cifra de casos diagnosticados, dado que esta extraña patología tiene límites confusos.

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