“Las camisetas amarillas nos están dando suerte”, explicó Andrés, portero del Chipiona CF, en una entrevista concedida a este medio en la previa del partido en Tarifa, para intentar dar una explicación razonable a un hecho increíble que, verdaderamente, no la tiene. La ley no escrita que rige el fútbol, pero ampliamente conocida, dice que en los partidos disputados en casa el triunfo es el único resultado concebible, mientras que, en las visitas a otros estadios, las pretensiones se vuelven más flexibles, porque la conquista de otros territorios, históricamente, nunca ha sido misión sencilla para nadie. Ciertamente, en el curioso caso del Chipiona CF, está sucediendo justo lo contrario: no termina de despegar en el Gutiérrez Amérigo pero, lejos de su estadio, se convierte en un cohete imparable, con camino vertical. Directo al cielo. A las victorias enlazadas como visitante ante Juventud Sanluqueña (0-2), Recreativo Portuense (0-1) y CD Jédula (0-5), se le ha unido ahora un nuevo triunfo en Tarifa, el cuarto consecutivo, donde el equipo entrenado por Carlos Martínez sumó tres nuevos puntos que le permiten, por primera vez en la temporada, ocupar uno de los puestos de ascenso directo a Primera Andaluza.
“El buen grupo que se ha formado es lo que nos está haciendo estar arriba. El buen ambiente y tener buenos compañeros es fundamental”, explicó David Lorenzo, capitán del equipo, al tiempo que resaltó la confianza como otro factor de una receta conocida por pocos, en la que la paciencia también debe ser un ingrediente esencial. La temporada del Chipiona, que comenzó con ciertas dudas antes de iniciar esta escalada meteórica, es prueba de ello, de la misma forma en que también lo fue el encuentro en Tarifa, donde hubo que esperar hasta bien entrada la segunda parte para presenciar el primer tanto de la tarde. Isra puso por delante a los albiazules en el 57 con un gol que llegó seguido de un segundo, obra de Quini, en cuestión de apenas cinco minutos. A falta de un cuarto de hora para el final, Rivaldo se metió el balón en su propia portería en una acción de gran infortunio, para recortar la distancia en el marcador, pero no le entró el pánico al Chipiona CF, que tiró de valentía para ir a por el tercero, el de la sentencia, que finalmente firmó Abraham en el descuento para certificar una victoria más y escribir, de paso, una hoja más en el extraño caso de un visitante absolutamente impecable.