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El comportamiento de los jóvenes

Los calderones comunes, especie residente del Estrecho de Gibraltar, tienen costumbres como los seres humanos

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  • Los más jóvenes siempre tienen los comportamientos más sociables. -
Desde el barco de investigación de CIRCE hemos observado un comportamiento muy interesante durante los encuentros que mantenemos con los grupos de calderones. Cuando un grupo descansa en superficie y hay juveniles presentes, estos aprovechan la situación para acercarse a los barcos que se aproximan a ellos.

Durante esta visita por parte de los calderones jóvenes, en ocasiones van a "jugar" con el barco, bien moviéndose en la proa si el barco se mueve para aprovechar la ola creada y así acelerar sin esfuerzo, o bien pasar debajo del casco, panza arriba. Los jóvenes emiten silbidos repetidos, cuando están en superficie, unos silbidos que se pueden oír perfectamente desde el barco.

Son momentos de encuentros inolvidables para la gente que lo han vivido. Normalmente, esta situación no dura mucho tiempo, porque siempre hay un adulto responsable, muchas veces la madre del más joven del grupo, que se acercara rápidamente al barco después de unos minutos y se llevara a los jóvenes todos juntos para que se vuelvan al grupo. Pero si el barco se queda no muy lejos del grupo, los jóvenes se esperarán a un descuido de los adultos para acercarse otra vez. Cuando ocurre esto, los adultos vuelven de forma rápida para otra vez recoger a los “jóvenes rebeldes” bajo su aleta y explicarles que puede ser peligroso alejarse de su grupo familiar.

La ayuda entre individuos de un grupo social es común en los calderones y de manera general en todos los grupos cetáceos. Por ejemplo, cuando una madre pare, directamente viene un adulto para empujar al recién nacido hacía la superficie para que puede coger su primera respiración. Este hecho fue observado hace unos días en el Estrecho con un neonato de calderón que tenia unos días, el “bebé calderón” tenia a unos adultos debajo para apoyarle a venir respirar a la superficie.

Aunque la iniciativa viene de los animales, este comportamiento tiene un gasto energético para los calderones, ya que los adultos tienen que salir de su estado de descanso para ir a buscar a los jóvenes.

Este gasto es probablemente muy pequeño si se hace una vez pero cuando se repite varias veces y no deja descansar a los adultos, puede tener un impacto más importante. Simplemente, un calderón que no descanse, tendrá menos energía para alimentarse y poco a poco, día tras día, podría llegar a una situación que no le permite o bien reproducirse o en caso de falta de alimento no podría sobrevivir. Sin embargo, los calderones del Estrecho llevan prácticamente toda su vida contando con una presencia de barcos continuada, y el trabajo de los adultos es también de cuidar a los jóvenes que se pueden escapar del grupo por otras razones que la mera presencia de un barco en la zona.

Es siempre importante saber entender el comportamiento de los animales y darse cuenta cuando la presencia de su barco esta molestando a un grupo. Son muchos calderones y grupos de calderones que se pueden avistar en el Estrecho y es bastante fácil encontrar a un grupo que se puede avistar sin molestarle. De hecho, en muchas ocasiones, los barcos de avistamientos, cambian de grupos y no se quedan más de 15 minutos con el mismo grupo para evitar molestarles demasiado.

Desde CIRCE, estamos llevando a cabo un proyecto que estudia este tipo de problemática que no es evidente a primera vista, ya que son los animales que se acercan, pero que podría tener un efecto más importante a medio o largo plazo.

Este verano, hemos observado este comportamiento más de 50 veces entre los numerosos avistamientos y grupos encontrados. Teniendo en cuenta que hay unos seis barcos de avistamiento y cada vez más gente que salen con su propio barco a ver los cetáceos, el impacto puede ser importante. Decir en este sentido que respetando las normas de conductas que dicta el Real Decreto de Protección de Cetáceos para navegar cerca de los animales, es decir no acercarse a menos de 50 metros, reducir la velocidad a menos de 300 metros y no quedarse más de 15 minutos con el mismo grupo, el impacto se reducirá bastante y conservaremos lo que tanto nos gusta, los cetáceos.

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