Si bien la suspensión de uso de las duchas en las playas de Cádiz a partir de este lunes ha acaparado los titulares, él debate político se centra en torno al estudio referido por el alcalde, Bruno García, sobre la capacidad de los pozos subterráneos para el baldeo. Adelante Izquierda Gaditana advirtió por medio de un comunicado que esta no es una opción, porque esta alternativa ya fue analizada y se determinó que los recursos disponibles no son suficientes. La formación lamentó “el desconocimiento” del alcalde sobre la gestión del agua en la ciudad y recordó que “todo está estudiado, preparado y definido para poder afrontar las obras que permitirían baldear con agua no potable procedente de la depuradora Cádiz-San Fernando toda la ciudad”. De hecho, señaló, Aguas de Cádiz cuenta con el Plan Director de Agua Regenerada, que fue presentado el pasado mes de abril y que detalla los pasos para la creación de un depósito de regulación en Cortadura y la red de distribución necesaria de agua regenerada para riego y baldeo de la ciudad. Para la puesta en marcha del Plan Director es necesario contar con un sistema de Depuración Terciaria en la EDAR Cádiz-San Fernando, “que estaba en proyecto por parte de Edacafesa a la fecha de celebración de las pasadas elecciones municipales”, remarcó la coalición de izquierdas. Con ella, los ayuntamientos de Cádiz y de San Fernando “podrían reutilizar el agua tratada para otros usos", ha añadido, detallando que "está previsto" que con este sistema se puedan reutilizar en Cádiz 465.000 metros cúbicos anuales, de los cuales, 220.000 metros cúbicos al año serían para baldeo y 245.000 para riego.
Pero estas no son las únicas medidas que se contemplan. El Plan de Gestión de Riesgo por Sequía que tramitan Ayuntamiento y Aguas de Cádiz desde el año 2019, abierto a la participación, recoge, entre otras la creación de depósitos auxiliares para la reutilización del agua del retrolavado de filtros de las piscinas Municipales para limpieza y baldeo de calles y la creación de tanque de tormentas para el almacenamiento de aguas de lluvia para la misma utilización.
Además, el documento contempla un plan para la instalación de contadores en las bocas para baldeo y limpieza de calles para tener un mayor control sobre los consumos realizados con tales fines y, finalmente, la realización de una planificación para la limpieza de calles y aceras por sectores y teniendo en cuenta las diferentes situaciones de sequía, llegando incluso a la prohibición de estas tareas salvo en casos de accidentes que hayan vertido productos o elementos que necesiten ser eliminados por razones de salubrida o motivos de seguridad ciudadana.
