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Absit Invidia

Santo por un día

Pedro, un nombre en desuso, ha vuelto al estrellato y al 'prime time' televisivo

Publicado: 30/06/2023 ·
09:45
· Actualizado: 30/06/2023 · 09:45
  • Ceremomina en la Catedral de Sevilla en honor a San Pedro. -
Autor

Pedro García Vázquez

Pedro García es periodista. Director de Informativos de 7 Televisión y Publicaciones del Sur

Absit Invidia

Con la esperanza de ser entendido por lo que pone, y por lo que no. Eso sí, sin ánimo de ofender ni en castellano, ni en latín

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Celebrar el santo de uno debe ser algo tan antiguo como el hilo negro. El Santoral dice que, cuando estoy redactando estas líneas, se conmemora San Pedro y San Pablo. Se festeja el 29 de junio. No sé por qué. Antes era festivo, ahora no. Tampoco conozco la razón del cambio. Si los recuerdos de la infancia de Antonio Machado eran los de un patio de Sevilla y un huerto claro, los míos también estaban en aquellas celebraciones (o no) del santo. La fecha no es baladí porque solía coincidir con las notas de fin de curso. Si eran buenas, pues miel sobre hojuelas. Si no lo eran, entonces ni santo ni santa.

En caso de celebración tras éxito académico, los sugus eran los protagonistas. Una bolsita de aquellos caramelos masticables con sabor a frutas -los azules de piña mis favoritos- era todo un acontecimiento. El procedimiento importaba. Yo le entregaba esos dulces, que eran una especie de antítesis de los empastes, al cura y éste los distribuía de una peculiar manera entre mis compañeros de clase. Ponía a prueba los reflejos de los alumnos. Arrojaba uno a uno los caramelos. Quien lo cogía se lo podía quedar, quien torpeaba lo devolvía. La morrallita, que se sentaba en los pupitres del final de clase, lo tenía un poco más complicado. Hasta allí los lanzaba con más fuerza. Pero, a la postre, llevar sugus a clase era todo un acontecimiento.

A Pedro Sánchez le llaman de todo. A mí también. Lo debe dar el nombre. Pedrito, Pedrusco, Periquillo, Periquín y hasta Pe ha sido la variación que en algún momento de mi vida ha tenido el nombre que heredé, por cierto, del padre de mi madre. Eso sí, es un nombre en desuso que ha vuelto al estrellato y al prime time televisivo gracias a Sánchez y Motos, que comparten santoral y plató junto a un par de insectos. Los pedros empezamos mal, negando hasta en tres ocasiones antes de que cantara el gallo. Lo vimos venir por la esquina del viejo barrio con el tumbao que tienen los guapos al caminar. Con él, de apellido Navaja, aprendimos en los setenta que quien a hierro mata a hierro termina. Ni siquiera Almodóvar ha evitado que los pedros estemos ahora un poco de capa caída. No hay quien pueda con los antonios, manueles y joses, que habitualmente ocupan los primeros lugares del ranking del INE -también lo hicieron en 2022-. Pero desde nuestra humilde modestia también somos santos por un día.

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