Ansiedad y desconsuelo. Son los sentimientos de Francisca Peña, propietaria de un piso en el residencial número 45 de la Avenida de Madrid, concretamente, del 1º izquierda del bloque A. Desde 2016 sufre las consecuencias de los desperfectos del piso superior, una vivienda de la delegación territorial de Obras Públicas, cedida al Ayuntamiento y habitada en régimen de alquiler social.
Varias dependencias de su piso sufren humedades desde hace más de cinco años, provocadas por “fugas de agua” que han originado daños en la cocina, el cuarto de baño y los dormitorios. “Las paredes del piso se hunden por la humedad, igual que el techo. La habitación de matrimonio no la podemos habitar. Cuando hay fugas en el piso superior nos quedamos sin luz y se provocan cortocircuitos. Tenemos miedo de desprendimientos, que ya los hemos vivido”, explica a VIVA la propietaria.
El Ayuntamiento, a través de la concejalía de Asuntos Sociales, intervino en la vivienda en 2021. “Sólo se arregló el desagüe y el plato de ducha del piso superior. En el cuarto de baño teníamos que estar con paraguas. Cada poco tiempo, vuelven a aparecer los problemas”, denuncia.
Francisca Peña asegura que sufre problemas de ansiedad y que, debido a su asma, padece “continuamente” bronquitis, una patología que está mermando su estado de salud. Asegura que vivir en estas circunstancias origina “mucha ansiedad y desconsuelo” ante la “desesperación de no obtener respuesta”.
La relación con los inquilinos del piso que daña su vivienda no es buena. “Cada vez nos hacen más daño”, confirma, relatando que le han echado pegamento en su cerradura.
La comunidad de vecinos demandó a estos inquilinos por “mala praxis”, con sentencia favorable; y esta jiennense, de forma particular, también los demandó y al Ayuntamiento. Fue hace dos años y aún esperan sentencia con el “temor” de que si los inquilinos de la vivienda social la tienen que abandonar “les den las llaves a otras personas y siga habitándose el piso sin que el Ayuntamiento repare los desperfectos”.
De ahí que reclamen al Consistorio una intervención en la vivienda superior que ponga fin a una realidad que arrastran desde hace más de un lustro, el mismo tiempo que lleva registrando escritos. Desde diciembre de 2022, la última vez que contactó con la gerencia de Asuntos Sociales, no obtiene respuesta y se plantea presentar “en breve” una nueva demanda contra el Ayuntamiento para exigirle una solución.
En 2021, su compañía de seguro cuantificó los daños en más de 2.000 euros. Ella ha arreglado los desperfectos, sin recibir indemnización y siguen los problemas. “Hasta que el origen de los daños que provocan los desperfectos en mi vivienda no estén subsanado, el seguro no interviene. Le corresponde al Ayuntamiento, que no se puede lavar las manos. La situación es cada vez peor”, termina.