En estas páginas se habló mucho de la foto-identificación para el estudio de varias especies de cetáceos, sin embargo, para el caso de los delfines listados, no se pudo identificar ningún individuo, debido a su gran abundancia (grupos de más de 500 en algunos casos), por lo que no se puede hablar de grado de residencia para esta especie.
Es fácil pensar que una parte de los grupos observados están presentes a lo largo de todo el año, mientras que existe una población flotante menos sedentaria que ocuparía el Estrecho a finales del verano y durante los meses de otoño, procedente probablemente del Mar de Alborán o Atlántico contiguo.
Los delfines listados tienen una distribución bastante amplia, y se sitúan sobre todo en la parte norte del Estrecho, concentrados en las zonas de aguas profundas y a lo largo del borde norte del canal, compartiendo su distribución con los delfines comunes.
También se han observado en la parte sur del Estrecho en algunas ocasiones, este territorio suele pertenecer a los delfines mulares.
Las veces que hemos visto interacción entre las especies, nunca han sido buenas, es decir que los delfines mulares echan de manera violenta a los delfines listados de su zona.
Como se ha comentado anteriormente, es difícil hacer conjeturas sobre las abundancias absolutas de la especie.
Los tamaños de delfines listados rondan los 130 individuos, aunque el tamaño de grupo es muy variable, pudiéndose observar desde individuos solos hasta grupos de más de 2.000 individuos a finales del verano.
Pero su gran abundancia quiere decir que también tiene más probabilidad de entrar en contacto con actividades humanas como la pesca con redes a la deriva antes de su prohibición a nivel europeo para pescas de atún y peces espadas en 1998.
Esta pesca tenia lugar en el medio del Estrecho y al este. Se hizo un estudio al principio de los años 90 que calculó que se podría capturar accidentalmente alrededor de 300 delfines al año. Sin embargo, estos problemas ya no existen oficialmente por el lado español, pero se desconoce que ocurre en la costa marroquí, en la que no tenemos información sobre este tipo de problema y donde la ley europea no llega.
El otro gran problema conocido para los delfines listados, son las dos epizootias de Morbillivirus que los afectaron. La primera fue en 1991 cuando llegaron más de 1.000 individuos a todas las playas del Mediterráneo.
La segunda, sucedió conjuntamente con la de los calderones en 2007. Aunque no fue tan importante como la primera, los efectos han sido igual de visible con docenas de individuos varados en unos meses.
Desde Circe, seguimos contando los números de individuos en cada grupo para ver como evoluciona la población presente en el Estrecho de Gibraltar.