Más poético que político. Aún así sabe que desde el ámbito de la política se puede ayudar a mejorar la sociedad en la que uno vive. Fue concejal de Cultura, Medio Ambiente y Turismo en la primera legislatura de Miguel Molina. Ahora se deja querer con la intención de volver al ruedo político de la mano de un partido de izquierdas. Apuesta porque Barbate tenga una alcaldesa. Blanco y quizás en botella. Es actor. Dramaturgo. Poeta. Apasionado de la cultura y apasionado en la vida. Dirige una escuela de teatro y organiza como promotor el Festival de Teatro de Zahara que tendrá lugar a finales de julio, coincidiendo con el Festival de Cabo de Plata. Y claro, como él fue uno de los principales artífices de la llegada de Cabo de Plata a Barbate, pues pensamos que no estaría mal mantener una charla con él. Dicho y hecho.
Para eso fue importante la serie de televisión. Se ha vendido a trece países. La ha visto toda España. Para mí ‘Perdóname Señor’ ha sido más importante que Cabo de PlataLo primero, ¿cómo estás?
–Muy bien. Decidí quedarme aquí y sigo haciendo lo que siempre quise hacer. Sigo con la escuela, estoy organizando festivales y escribiendo obras. Lo de la política fue como un extra.
Eso ya lo dejaste claro… antes que político, eras poeta…
–Más poético que político. Para mí entrar en política fue un poco raro. Además me confirmó que la política está llena de necios, de gente sin talento, y eso a pesar de que cuando se quieren hacer cosas, con muy poquito puedes llevarlas a cabo.
Durante tus años como concejal de Cultura se produjo, por así decirlo, una revolución en ese aspecto… ¿te lo comentan?
–Mucha gente. Incluso desde los partidos que estaban, y están, en la oposición, con los que ahora casi que me llevo mejor (risas). Y también hay gente que me anima a volver.
¿Volverías?
–Pues ahí estoy, dejándome querer un poquito, valorando esa posibilidad. Quizás no en primera línea y más en la retaguardia. En primera línea fue como un ‘sparring’ (risas), y también me quitaba mucho tiempo. Pero bueno, coincidió que éramos muy pocos y teníamos muchas delegaciones. En mi caso, además mantuve la escuela de teatro gratis con 20 ó 25 alumnos por año. Y seguí escribiendo teatro porque nunca he dejado de hacer lo que vine a hacer que es hacer dramaturgia barbateña, dirigir obras, actuar, montar festivales…
En política hay personajes que quizás no den la talla, pero también se puede hacer mucho desde la política ¿no?
–Sí, es cierto. Volvería por esa razón. Sé que se puede hacer y porque mi labor fue, además de pasional, positiva.
De hecho, entre tus méritos está el Festival Cabo de Plata que regresa este mes de julio...
–Sí, qué bien. Y lo digo con orgullo, si no hubiera sido por mi presencia no se hubiese celebrado, porque tuve oposición incluso en mi propio equipo de Gobierno. De hecho recuerdo que el principio había miedo entre mis compañeros y en la ciudadanía. Era como van a venir los vikingos… Al final creo que Cabo de Plata ha ayudado a sacar pecho a Barbate y fue una fusión increíble entre el pueblo y los jóvenes que llegaron. Fue tan bonito, se creó tal energía que se notaba en cada esquina del pueblo. El festival fue evolucionando junto a su público como con la fusión con los vecinos, que acabaron participando en el mismo. Recuerdo el primer año algunas vecinos diciéndome ‘hay que ver Sergio, qué chicos tan educados, han comprado, han comido y han recogido todo’ (risas)… eso es lo normal, pensé.
Evidentemente era el primer festival y había reticencias…
–Normal, pero yo tuve que dar un golpe en la mesa en Urbanismo. Pero un golpe de verdad. Hubo muchas trabas y en mi opinión necesitábamos la ayuda de todos para sacarlo adelante. Incluso desde la Junta de Andalucía no se entendían dichas trabas. Entonces tuve que dar un golpe en la mesa real.
Y ahora se espera como agua de mayo.
–Sí, pero también tengo que decir una cosa. En la última edición, en 2019, cuando pasa a manos de un nuevo empresario, hay una reunión a la que no se me invita. Y cuando me entero del cambio de fecha me enfado mucho. La fecha era perfecta, principios de julio. El 26 o el 22 de julio, Barbate no necesita turismo… ya está petado. Y ahora ocurre que viene turismo todo el año. Para eso fue importante la serie de televisión. Se ha vendido a trece países. La ha visto toda España. Para mí ‘Perdóname Señor’ ha sido más importante que Cabo de Plata.
¿Sí?
–Cabo de Plata atrae a treinta mil personas. ¿A cuánta gente llega la televisión? Además, nos dio la oportunidad no solo de la serie, cuya ficción puede ser mejor o peor, sino por el documental que tuvo muchísima audiencia. Enamoró a todo el pueblo y era una oportunidad única por la que luché mucho. Máxima audiencia el miércoles para la serie, y luego una hora de documental sobre un pueblo. Fueron ocho horas, ni en cien años tenemos presupuestos para pagar una promoción similar.
Las críticas se centraban en el uso de la temática de la droga en la serie...
–Creo que de esas cosas también hay que beneficiarse, no solo verlo como un estigma.
Quizás hablemos más de la droga aquí que fuera ¿no?
–Sí, pero hemos dado un cambio enorme. Conozco a Barbate desde pequeño, de aquel esplendor con sus cinco cines, algo que no había en Badajoz. Era ‘Hollywood’. Mis vacaciones eran en el mes de julio y me encantaba. Además, el pueblo ha cambiado mucho y en muchos aspectos en los últimos años.
Hablando con J. J. Benítez recuerda sus vacaciones en Barbate como venir al paraíso frente a cuyo mar ansía morir.
–Fue precisamente Diego Revuelva me enseñó ‘A solar con la mar’ y me influyó mucho en mi poesía. Me quedé alucinado y lo entendí perfectamente. Esa forma de hablar de Barbate está reflejada en mi poemario ‘Poemar’.
Organizas una nueva edición del Festival de Teatro de Zahara para finales de julio. ¿Qué relación mantienes con la localidad? Su alcalde, Agustín Conejo, tiene claro que el futuro pasa por el fomento de la cultura.
–Sí, es un político del siglo XXI y su corporación tiene clara el poder transformador de la cultura. Siempre he trabajado muy bien allí, incluso antes de ser concejal. Siempre me he sentido apoyado. He estrenado obras, me llaman para presentaciones. Y después de ser concejal, aún más. Para mí la cultura debe ser la apuesta, no solo en Zahara. Mira la programación en Conil, Vejer, Chiclana, Tarifa. Hay algo todos los fines de semana, a diferencia de lo que ocurre aquí, donde se centran más en deportes, que está bien, pero veo pocos acontecimientos. A pesar de eso, la cultura siempre está viva porque pertenece al pueblo.
¿Echas en falta una agenda cultural más amplia en la localidad?
–Sí, como consumidor de cultura, creo que es muy corta. Me gusta ir a exposiciones de pinturas o fotografías o esculturas. Asistir a ciclos de cine… yo intenté organizar dos ciclos y no fue nadie, solo Relinque y un servidor (risas). Pero hay que apostar, hay cosas que salieron bien y cosas que no. Pero sí, falta. Para mí la cultura es un disfrute verla y hacerla. Yo ejercía en realidad más de técnico, pero para mí no era trabajo porque disfrutaba.
Hábleme del Festival de Teatro de Zahara.
–Coincide con el Cabo de Plata. El 22, 23 y 24 de este mes. Es una nueva apuesta dentro de la gran cantidad de festivales que hay en Zahara, pues el de Teatro el año pasado fue un éxito, con una asistencia de trescientas personas en los tres días. Había obras de calidad y la gente salió muy contenta, con lo que a la semana siguiente cerramos la segunda edición. Y este año lo hemos diversificado un poco, con circo, cabaret, clown… obras para todos los públicos. También estará presente mi obra con Caty Díaz, ‘Fuera de combate’.
Quizás falte agenda cultural pero lo que no faltan son artistas en la localidad ¿no?
–Sí. No sé quién decía que artista es el que vive del arte, pero eso no es cierto. Es verdad que quien puede vivir de lo suyo no deja de ser un artista, pero también hay muchos artistas que no pueden o no han logrado vivir de su arte. Ocurre mucho en Barbate. Es una tierra de artistas, es increíble. Ahí tenemos al Cañejo, almadrabero y es quizás quien más actuaciones y bolos tiene. O dos grandes como Tito y Nono. Conozco también a pintores que viven de su arte y otros que no. Yo diría que más que artistas, aquí hay mucho arte.
Y como ya has comentado, ¿te quedas en Barbate?
–Sí, por ahora me quedo aquí. Como te he mencionado he pensado en volver a la actividad política…
¿Con un partido ya determinado?
–Sí (risas) He tenido reuniones y cercanías, y lo que está claro que será con un partido de izquierdas. Tengo alguna novia pero aún no lo he decidido. Y aquí me gustaría hablar del puesto de técnico en Cultura que se me prometió. Todo el mundo cree que me lo merecía, incluso mis propios compañeros. Creo que haberme apartado no le ha venido bien a la actividad cultural, a la promoción de artistas, a la promoción e imagen del pueblo. Creo que ha sido negativo. A mí me gustaría lo que se me prometió y que no se cumplió.
¿Para ayudar a la dinamización de la cultura?
–Efectivamente. Es que no soy político, sino más bien políticamente incorrecto. A mí los plenos, como que no me gustan. Soy de emociones. He sido el único autor barbateño al que no se le invitó a la Feria del Libro pero para mí es un orgullo porque me he convertido en poeta maldito.
¿No te invitaron?
–No me invitaron al Faro de las Musas, tampoco a mi libro Teatro de la Mar (seis obras de teatro ambientadas en Barbate). Ahí estaban todos los autores menos yo. Pero eso me ha encantado. Me han puesto de poeta maldito. Me quedé extrañado pero me alegré. He pasado de político bendito en el Ayuntamiento a poeta maldito en el círculo político. Pero a lo que iba, la verdad es que me gustaría seguir ayudando a Barbate y dándole ese valor cultural que tuvo repercusión en toda la provincia.
¿Su gestión cultural se pudo llevar a cabo porque no eras político?
–Totalmente. A mí me da igual la política. Y a la Cultura como que no se le daba importancia. Se decía, a ver quién sobra, pues a ese le damos Cultura. De hecho yo entré con el Partido Andalucista, pero nunca he estado afiliado a nada. Vamos que ganamos las elecciones y a los tres meses desaparece el PA. ¡Una maravilla!. Y ahora aunque vaya con otras siglas, tampoco me afiliaré. No quiero pertenecer a ningún partido, quiero ayudar al desarrollo cultural, social, turístico y medioambiental del pueblo. Creo que el futuro está también en lo verde, en la riqueza medioambiental. No es incompatible la riqueza y lo verde. Lo único que temo es que no crezca un pueblo paralelo con el Següesal. Eso es dividir el pueblo
Vamos terminando, ¿sé que tienes una especie de moraleja tras ver el éxito del Coro La Fábrica de Conservas?
–Sí, después de verlo he pensado que a lo mejor demuestra que esas madres que gestionaban la casa, los hijos, la economía, y tiraban con todo para adelante, a lo mejor ya ha llegado el momento en el que Barbate no necesita un alcalde, necesita una alcaldesa.
Y para que no tenga que censurar esta entrevista dígalo suavemente ¿si te ofrecen volver al actual equipo de Gobierno, que diría?
–Diría que no, ni por todo el dinero del mundo (risas).