Como si del famoso día de la marmota se tratara, la preocupación por la COVID-19 ha vuelto a aumentar en la Comunidad Valenciana. Parece imposible despedirse definitivamente de la pandemia, pero es que los números empiezan a parecerse a los de hace no mucho tiempo.
Sin ir más lejos, ya hemos escuchado aquello de la séptima ola de la COVID-19. Y es que las cifras de hospitalizados ya es realmente preocupante. Según datos de la Conselleria de Sanitat, las personas ingresadas en los hospitales valencianos por positivos en COVID-19 ya superan las 900 después de que la cifra haya aumentado en más de 200.
La presión hospitalaria vuelve a subir, al igual que los positivos. Casi 4.500 positivos desde el pasado viernes registrados en la Comunidad Valenciana, algo provocado sin duda por los eventos festivos y por el verano.
Así, algunas empresas ya se han puesto en marcha para intentar protegerse ante el aumento de los contagios. El caso más relevante está en la factoría Ford de Almussafes.
A partir del próximo lunes, todos los empleados deberán llevar mascarilla en los espacios interiores en los que no se pueda respetar las distancias mínimas. Entre el aumento de positivos y también de bajas laborales, Ford ha optado por anticiparse a otra ola.