La Delegación Territorial de la Consejería de Cultura en Sevilla ha licitado un contrato, para la restauración de las 46 piezas arqueológicas de material pétreo conservadas en el patio del museo del Conjunto Arqueológico de Carmona, que alberga una necrópolis romana datada en el siglo I de la era actual, dado el estado de conservación de las mismas "tras casi dos décadas a la intemperie".
Según figura en la documentación técnica de la contratación, consultada por Europa Press, este conjunto de 46 objetos arqueológicos de material pétreo está conformado principalmente por fustes, capiteles, tambores de columnas, basas o cornisas, así como por balas de catapulta y algunos materiales de procedencia no romana, como es el caso de la primera piedra del primitivo edificio del museo, colocada el 2 de abril de 1887.
Estas piezas fueron instaladas en el patio del museo del conjunto arqueológico después de las actuaciones de remodelación acometidas entre los años 2000 y 2003 en el inmueble. "Tras casi dos décadas a la intemperie, su estado de conservación es variado debido a las colonizaciones biológicas, y se ha creado una importante disgregación del material de base y en los revestimientos originales", indica la documentación técnica respecto a la necesaria "limpieza, restauración y consolidación" de estas piezas.
INVESTIGACIÓN EN CURSO
Entretanto, recordémoslo, el arqueólogo Alejandro Jiménez Hernández, doctor en Geografía e Historia en la especialidad de Prehistoria y Arqueología por la Universidad Hispalense, dirige actualmente una excavación junto al mausoleo circular de la necrópolis, para esclarecer si las "anomalías geofísicas" detectadas en 2020 en dicho espacio corresponden a otro mausoleo y si este posible sepulcro hasta ahora desconocido cuenta con una cámara subterránea.
Ya antes de la gestión autonómica de este enclave habían sido excavados aproximadamente unos 230 complejos funerarios del mismo, "algunos de los cuales estaban intactos, pero otros presentaban signos de haber sido removidos en época antigua", según los técnicos.
LOS MAUSOLEOS DE LA NECRÓPOLIS
Algunos de los sepulcros albergaban incluso "decoraciones parietales pintadas con motivos fúnebres", destacando la tipología de los mausoleos debido a su "singularidad arquitectónica y a la extensión del tipo por todo el Imperio romano".
Especialmente, los técnicos señalaban los resultados de la investigación científica desarrollada en la necrópolis entre octubre y diciembre de 2020 por el Instituto de Geofísica de Andalucía de la Universidad de Granada (UGR), precisamente bajo la dirección del arqueólogo Alejandro Jiménez.
Fruto del mencionado estudio geofísico mediante georradar, prospecciones magnéticas y técnicas de tomografía eléctrica en 12.700 metros cuadrados del conjunto arqueológico divididos entre tres sectores, --los de la finca Huerto Casquizo, de la antigua vía a Hispalis y del entorno del Mausoleo Circular del Campo de los Olivos--, fueron detectadas en el subsuelo más de 240 estructuras susceptibles de ser enterramientos, lo que supondría casi duplicar el número de tumbas actualmente conocidas en el recinto.
En ese contexto, en el espacio situado al norte del Mausoleo Circular, único mausoleo de la necrópolis que conserva la cubierta de la cámara y parte de la estructura exterior, fueron detectadas "unas anomalías que podrían coincidir con la presencia de otro mausoleo".
OTROS MAUSOLEOS
"Este tipo de complejo funerario no suele estar aislado. Se sabe por documentación histórica que junto al actualmente existente, había al menos otros dos (mausoleos) más, en la actualidad desaparecidos", precisaban los técnicos, respecto a estas "anomalías en forma de circunferencia que podrían ser interpretadas como el basamento de un nuevo mausoleo, desconocido hasta el momento".
A tal efecto, la nueva investigación que comanda el arqueólogo Alejandro Jiménez está destinada a "caracterizar" este hipotético mausoleo, que en el caso de presentar una cámara subterránea, "podría contener pinturas y tal eventualidad requiere de consideraciones previas de conservación".
"No obstante, la singularización del bien y su definición formal", es decir si "contiene o no una cámara subterránea", constituyen "pasos imprescindibles para poder elaborar un plan detallado de excavación, conservación y valorización de esa entidad, en caso de que la anomalía sea atribuible justamente a un complejo arqueológico", detalla el proyecto técnico de investigación.
